El film ‘Feliz Navidad Mr. Lawrence’ de Nagisa Ōshima y por qué su orientalismo es una movida

por José Fernández

Feliz Navidad Mr. Lawrence (1983), conocida en japonés como Furyō es otra de esas obras inagotables del director japonés de cine Nagisa Ôshima. Inagotable e inmortal. Por ejemplo, inagotables podrían ser las perspectivas desde las que se pueden abordar sus largometrajes e inmortal por lo universal y atemporal de sus estos, ya sea en sus obras más “oníricas” o en las de un corte y tratamiento más social, antropológico o histórico. Esta peli en cuestión se estrenó a principios de los ochenta y se basa en una novela (la cual de forma cruel e interesada obviamos aquí). Compitió por la Palma de Oro en Cannes. Ryūichi Sakamoto quien ganó un BAFTA por componer la banda sonora, también co protagonizó la película junto a David Bowie, Takeshi Kitano y Tom Conti ¿Cuántas veces habrá ocurrido esto en la historia del cine? ¿Cuántas veces puede reunirse un equipo y reparto que es a la par que peculiar un verdadero sueño húmedo para los melómanos y cinéfilos japonistas como para los que no lo son? Osea, sí o sí.

Orientalismo. Uno colgando y el otro…

El peligro del mensaje orientalista en Occidente, genera en este último infinidad de inquidades, representaciones erróneas, falacias y medias verdades. Dicho mensaje busca encender la luz en una oscuridad que se divisa en el Este, sin embargo no consigue más que prender una pequeña antorcha en la inmensidad del vasto continente asiático. Esta lúgubre y sombría situación en la que Occidente coloca a Oriente, tanto en el pasado como en la actualidad, no es más que una visión equívoca y anticuada y con un carácter meramente funcional. Concretamente, la función de gobernarlo y domarlo. Vamos, lo que ya sabemos… o al menos deberíamos saber.

Y es que Occidente ha comprado esta visión a niveles que son bastante sorprendentes. A esta forma de malentender Oriente se le ha otorgado tal dosis de normalidad y lógica que ha terminado por resultar en una mezcla terriblemente peligrosa. El peligro del orientalismo. ¡Pam! Un clásico de las parrafadas. Un fenómeno que nos daba tremenda pereza traer a acchiKei, pero que haciéndolo a través de un film de Ōshima se hace bastante más fácil de llevar. Pero es que el orientalismo es grave y sobre todo cuando es incrustado en la razón humana y transforma las psiques de algunas personas en las de seres virtualmente superiores a otras. El orientalismo te transforma en un ser sobresaliente, con todas las connotaciones negativas que pudieran aplicarse a este adjetivo. Un ser dominante y resabido, incluso cuando su búsqueda está inspirada por un supuesto amor por lo desconocido (Oriente) y que ansía conocer. «¡Qué guapos están los toriis! ¡De esto no hay en mi pueblo!» -espetó alguien alguna vez. «¡Quiero ser más japonés que los japoneses! ¡Ojalá alguien haga un anime sobre mi vida!» -rezó el diseño de una sudadera para chica que puede comprarse a día de hoy en Bershka.
En fin, que “el occidental” busca integrarse en «su Oriente”, su idealizado pero no el verdadero Oriente…. Como le pasa al Jeremy Irons del film M. Butterfly (1988) de Cronenberg. 

Aquí, en los sotanos de acchiKei, me molaría que hiciéramos un pequeño experimento. Sujetaremos, por la solapa, a la visión orientalista y la expondremos a dos situaciones distintas. Dos situaciones en la cual el orientalismo se desenvuelve de forma peculiar, torpe e incluso incómoda. Para que me entiendan mis buenos amigos y compatriotas otakus: aquí vamos a encontrarnos con un orientalismo que se encuentra incómodo. Incómodo, por ejemeplo, como si le hablases de la situación de los stonks a Brock, el chino buena gente de Pokémon, y este no se enterase de nada. Si conseguimos poner al orientalismo contra las cuerdas, podremos observar cómo se desenvuelve cuando ha de realizar su labor en un lugar, o individuo, desconocido para él. Os invito a pasar a este “laboratorio reservado” del sabio Ziauddin Sardar que es Oriente. Allí cometeré el supuesto error de ignorar el objeto científico (Oriente) y dirigiré mi mirada directamente a los científicos que conducen el laboratorio (orientalismo). Mi instrumental básico para el experimento será, porque es una película totalmente recomendable y su producción es un milagro de Susanoo, la película Feliz Navidad Mr. Lawrence (1983).


PARTE UNO

En Feliz Navidad Mr. Lawrence sale David Bowie pero también pasan otras cosas interesantes

Ōshima nos traslada hasta el año 1942, a una prisión japonesa en la indonesia isla de Java. El ejército japonés, inmerso en plena Segunda Guerra Mundial y en su lucha por el control del Pacífico, establece un campo de prisioneros en dicha isla para poder tener bajo vigilancia a los enemigos capturados y por consiguiente extorsionar y sonsacar información militar valiosa al ejército rival. 

Ya en las primeras secuencias se nos muestra, no sin intención, la actitud violenta del Sargento Hara. Por cierto, interpretado por otro maestro del cine y del todo: Takeshi Kitano (1947). Un soldado guarda japonés del campo de prisioneros visita a un prisionero holandés durante tres noches. En la última de estas, el Sargento Hara sorprende a ambos realizando actos sexuales. Hara, incapaz de imaginar que los actos sexuales fuesen permitidos por el prisionero holandés Karl de Jong, no dudó en afirmar que se trataba de una violación por parte del guarda japonés. En los ojos del Sargento Hara, en su mirada, hay un destello de ira que es casi metáfora de la dureza con la que el ejército japonés trataba a sus propios hombres. El insulto a la hombría, a la patria o a lo que fuese, hace que el Sargento Hara decida castigar a su propio compatriota con el seppuku. Estoy seguro de que sois muy estudiosos (y un poco otacos como yo, ¿quién no lo es hoy día?) y que sabéis ya de sobra de que va el seppuku. El ¿impopular? ritual de suicidio/autosacrificio japonés, que era empleado como remedio infalible contra el deshonor por parte de los samuráis, etcétera.

El Coronel John Lawrence (Tom Conti), británico, europeo y representante de Occidente, no puede dar crédito a la decisión de Hara. Lawrence, prisionero, a pesar de encontrarse en una situación desfavorable, expone sin tapujos su mayor rechazo a la “tradición oriental” del seppuku, hasta tal punto que en su alarmante sorpresa y denuncia reduce casi al absurdo a este viejo ritual japonés. Critica duramente el acto y no duda en tildarlo de locura obsoleta. La posición se reafirma cuando en una conversación con el Sargento Hara, este ensalza a Lawrence, preguntándole cómo un oficial tan válido como lo es él soporta la vergüenza de vivir capturado. En respuesta Lawrence niega a la muerte como un final viable, es mas, le parece un acto de penosa cobardía. El eterno dilema. Tampoco comparte la decisión basada en la tradición japonesa que lleva al Capitán Yonoi, interpretado por Ryūichi Sakamoto, a imponer un luto de ayuno (práctica propia del ascetismo budista, shugyou 修行) por el compatriota fallecido en el seppuku. Por lo tanto, aquí, y dejémoslo en aquí por ahora, el occidental Lawrence se auto posiciona, de manera casi inconsciente y patológica, con un criterio superior al japonés.

Lejos de ser un personaje estereotipado, Lawrence domina la lengua japonesa y simpatiza con los nipones. Su orientalismo es dual y dicotómico. La cerrazón con los japoneses del Comandante británico hace a este acudir constantemente en busca de la ayuda de Lawrence. En una de estas ocasiones, Lawrence sosiega al Comandante con una frase tan paradójica y jodida al mismo tiempo como lo es: “Tranquilo, yo conozco a esta gente”. La seguridad orientalista de Lawrence para afirmar tal cosa resulta casi cómica teniendo en cuenta su reciente acto de incomprensión hacia el seppuku. “Tranquilo, que yo malconozco a esta gente”, quizás sea más accurate. Representa aquí Lawrence a esa “institución corporativa occidental” que Edward Said estimaba capaz de “realizar afirmaciones sobre Oriente y autorizar perspectivas relacionadas con él” para en última instancia dominarlo.

Un último rasgo relacionado con la visión orientalista de Lawrence es su ¿acentuado? japonismo. En una ocasión menciona a Yonoi que su recuerdo preferido de Japón es el de la nieve. Es representativa la estampa paisajística del Japón nevado, de autores como Hiroshige o Hokusai y, si tiramos del hilo, es fácil encontrar el origen. Estamos hablando de toda aquella tradición japonista que tuvo su origen con las estampas de grabados japoneses que venían con los productos importados desde Japón y que llegaban a Europa durante la segunda mitad del siglo XIX. De esta moda de la admiración por el exotismo de lo japonés participaron algunos pintores de renombre como Van Gogh o Gauguin o coleccionistas y marchantes de arte en busca de llenar sus galerías o hacer nuevas fortunas.

Seguidos de Lawrence y Hara, el otro tándem importante lo conforman Jack Celliers (David Bowie) y el ya mencionado Capitán Yonoi. La forma en la que el japonés Capitán Yonoi es presentado como un dirigente implacable y autoritario atestigua la deplorable imagen que Marco Polo y sus andanzas confirieron a Asia presentándola como una horda descorazonada, fría y cruel, empeñada en dominar el mundo. Hostia… Vaya analogía más gratuita… ¿O QUIZÁS NO?… Porque algunas de las connotaciones negativas del orientalismo atribuidas a esta parte de Asia vienen de ahí.

¿Dónde están las mujeres?

La homosexualidad y feminidad son dos de los pilares de esta concepción estereotipada de la sexualidad e identidad oriental que ha promovido el orientalismo. Amariconaos y afeminaos (wow, alta cultura…), lo cual, obviamente, ni tiene que ser verdad ni tiene que ser malo (debería decir y pensar cualquiera que escriba desde el siglo XXI). Al Capitán Yonoi le destrozan su estereotipo despiadado con una atracción homosexual hacia Jack Celliers, un preso potencialmente peligroso al que libra de ser fusilado. Y ya estaría la receta lista: dilema existencial enrevesado que atraviesa a Yonoi directamente. Soy macho, pero no mucho. (El tema de la representación de la homosexualidad y la problemática que representa en la película es realmente a thing y daría para otro artículo entero, incluso más largo e interesante que este).

El orientalismo ha adjudicado gratuitamente la homosexualidad como propia de Oriente con el objetivo de fragilizarlo y tener la excusa perfecta para poder gobernarlo. Tuya sí, mía no. Casual y paradójicamente, Yonoi se siente homosexualmente atraído por Occidente, pero es silenciado y bloqueado por esta visión dictatorial proveniente del exterior, es decir el orientalismo. Este ha calado profundamente en el continente asiático sin permitir a Yonoi pronunciarse y obligándolo a avergonzarse de ello.

Un orientalismo apresado en una isla de Java en plena Asia y que a pesar de ello sigue convencido de su indudable hegemonía sobre Oriente. Se trata de una herramienta potente que no vacila frente ningún mandato oriental y que se niega en todo momento a reconocer algún patrón subalterno occidental incluso en una posición de inferioridad vitalmente peligrosa.

Su poder ha calado profundamente en el objeto Oriente, lo ha desdibujado y redibujado a su merced y se ha apropiado ciertos valores y saberes como suyos propios. Como ejemplo muy simplón, pero representativo, podemos ver en Feliz Navidad Mr. Lawrence a soldados portando aparte de sus tradicionales katanas, fusiles occidentales, que desarrolló Europa tras apropiarse de la invención china de la pólvora y de las armas de fuego rudimentarias y originales. Sí, es muy retorcido y obvio. Los japoneses ya compraron mosquetes a los europeos hace mucho tiempo, pero el contraste sigue siendo válido.

Actitudes despóticas aisladas como las del Sargento Hara y el Capitán Yonoi han sido utilizadas por Occidente para tachar de frío y autoritario a un continente al completo. Como ahora conviene lo contrario pues sirve tener la mecha muy corta. Se hace aquí muy visible el peligro del mensaje orientalista del que hablaba al principio y que tiene consecuencias sociales y políticas. El argumento en su final hace un ejercicio fallido de desmontar el estereotipo con el hecho de que Yonoi abandone a su muerte a Celliers finalmente, pues reafirma la crueldad asiática.  ¡OJO, SPOILER! Mierda, esto se avisaba antes, ¿no? Sorrymasen (*un tremendo cringe recorre su espalda).

Como si de un dios se tratase, el orientalismo, ha dictaminado que la mente oriental es inferior, irrevocablemente femenina e incapaz de autogobernarse y que, por lo tanto,  la supremacía de Occidente obliga de manera natural a dominar y a juzgar Oriente, un poquito a la manera que le plazca. Tanto es así que ha criticado desde su interior al seppuku y la filosofía del autosacrificio propia de la cultura japonesa, pasando por encima sin mucha reflexión, pero ha decidido, por otro lado, idolatrar su exotismo. ¡Oh, man…!

Por cierto, a estas alturas os habréis dado cuenta de que las mujeres apenas existen en el universo de esta película y ello, muy seguramente, fue intención de Ōshima para poder expresar de forma más rotunda la intención del mensaje.


PARTE DOS

La competición entre los hombres ha sembrado en la tierra un árbol cuyo principales frutos han sido guerra, dolor, desesperanza… Podríamos considerar a esta competición, prácticamente como una tradición innata, con su origen en la propia naturaleza humana. Las ansias de dominio, posesión y demás características del poder germinaron en los albores de la civilización y se perpetrará hasta el final de esta. Tanto Occidente como Oriente, si es que eso existe hoy, han sido testigos de este comportamiento, que lejos de estar aislado, se encuentra en cada uno de los rincones del planeta: desde el más gigantesco núcleo de población hasta el más minúsculo grupo social. Un “universo humano” concentrado en el mismo orbe y consciente de una clara, visible y peligrosa fractura social. La condición de “ser humano social” aristotélica ha fracturado, de manera natural, la sociedad, en al menos dos partes bien diferenciadas: dominantes (colonizadores) y dominados (subalternos). Pues también hay mucho de esto en este film japonés.

Mucha katana pero…

El estandarte del discurso colonial que han portado los dominantes ha ensombrecido por completo al inmenso resto de individuos. Sumergidos entre las sombras se les ha impedido ver su propia cultura. En esta prisión de sombras colonizadora existe tan solo un pequeño orificio. El individuo dominado y subalterno que arroje su mirada hacia este orificio tan solo podrá quedar cegado por una intensa luz exterior llamada Occidente y en consecuencia deambular entre los claroscuros del territorio colonizado mientras experimenta las distintas imágenes residuales del discurso colonial. 

Sin embargo, y es en esta cuestión por la cual quiero moverme y analizar, estas sombras colonizadoras no han cubierto tan solo a una serie de individuos desprovistos de cualquier tipo de autoridad. Japón y otros países, junto con sus ejércitos y sus respectivos líderes, han sido atrapados y subalternizados, dando lugar a un tipo de subalternidad distinta a la común del pueblo. Si el discurso colonial introduce en la mente subalterna conceptos de inferioridad, en la mente del “líder subalterno” imprime una presión fuertemente ambigua que queda bien representada en la trama de Furyō (recordamos, nombre japonés para Feliz Navidad Mr. Lawrence)

La singular situación que se da en este campamento de prisioneros (o quizás represente una situación que fuera bastante habitual, no sé) es redil para una gran cantidad de tensiones políticas, sociales e incluso sexuales. Hemos charlado un rato ya sobre el fenómeno del orientalismo enfrascado en un ámbito hostil a su mensaje, tal y como se ilustra en el largometraje, pero, llegados a este puerto y teniendo claro el mensaje crítico del sujeto orientalista, viraremos ciento ochenta grados la mirada hacia los subalternos. Ahora observaremos como esta implacable herramienta orientalista ha sido recibida por los líderes japoneses. ¿Qué factores han sido los causantes de esta ambigua respuesta? ¿Cómo un determinado grupo social o individuo puede continuar siendo subalterno a pesar de encontrarse en condiciones favorables para sí mismo? ¿No deberían ser los subalternos los prisioneros y no sus “carceleros”?.

La vuelta a la tortilla. Subalternidad en condiciones de poder

El co-protagonista Capitán Yonoi es en sí mismo una síntesis de toda subalternidad que podamos encontrar en el largometraje. Su comportamiento al completo expone todo tipo de rasgos que justifican esta subalternidad. Me dispongo a salir por lo tanto del laboratorio pseudo científico desde el cual observamos al orientalismo anteriormente, para acomodar a los personajes de la película en un imaginario diván y actuar como su pseudo psicólogo.

Adjetivos como autoritario, dictatorial, rígido o implacable, son reducidos a una mera tapadera cuando nuestra mirada escudriña atentamente la actuación del Capitán Yonoi. Detrás de este conjunto de adjetivos que conforman el estereotipo, se esconde un sujeto sensible, inferior y fuertemente pasivo, por sus traumas pasados o simplemente por ser así y ya está.

El culmen de su pasividad podría ser que estuviera en una conversación que tiene con el prisionero Lawrence hacia la mitad de la película. Yonoi y Lawrence observan como el Sargento Hara recita unas oraciones para honrar la muerte de un soldado fallecido mediante seppuku (quien dice fallecido dice obligado a suicidarse). Lawrence no duda en romper la ceremonia japonesa con un perfecto inglés para cuestionar las decisiones de Yonoi. Es conocido el enaltecimiento que muchos japoneses de la época hicieron de sus tradiciones, sin embargo, ¿cómo un capitán del ejército japonés no es capaz de defenderlas?. Yonoi ni siquiera reprocha a Lawrence estar usando el idioma anglosajón y en consecuencia rompiendo una ceremonia tradicional. No cuestiona de ninguna forma la autoridad de Lawrence para hacerlo. Aún más grave es que, acto seguido, Yonoi responda a Lawrence en su idioma. No observamos en esta situación, algo más lógico aunque cruel, como la maniobra nazi de hablar a sus presos extranjeros en alemán para conseguir descolocarlos y atemorizarlos. Aquí es el caso contrario: un capitán japonés adoptando el idioma de los apresados. Esta actitud lo posiciona inevitablemente a la altura del prisionero, mermando considerablemente su autoridad sobre él y Nagisa Ōshima no escribe la escena así por gusto ni por casualidad.

La subalternidad no podría ser más evidente. Yonoi ha aceptado tan profundamente el empleo del lenguaje inglés en su territorio que incluso él lo está usando. Acepta la manera discursiva de Lawrence e incluso se ve superado por los márgenes de esta. El Capitán Yonoi ha otorgado al inglés una capacidad colonial y su vez se ha dejado colonizar por ella. Además ha obviado por completo la irrespetuosa actitud de Lawrence hacia la ceremonia funeraria japonesa, con este acto deslegitimizando a su propia cultura frente a la anglosajona.

Otros rasgos de la asunción del dominio occidental pueden ser observados en la misma conversación, a medida que esta se va construyendo. “Maldito cerdo” insulta Lawrence a Yonoi. “No pienso morir por usted” le dice unos momentos más tarde. En un breve espacio de tiempo, un desbocado Lawrence ha insultado y desautorizado a Yonoi. Rápidamente, un soldado japonés que se encuentra en la habitación se dispone a castigar como debiese proceder al prisionero. Instantáneamente, Yonoi, como si de algo inadmisible se tratase, detiene a su soldado y prohíbe que hiera a Lawrence. El líder Yonoi ha concebido como impensable, de manera autómata, el castigo a este teniente coronel John Lawrence, el cual hace unos pocos segundos no ha hecho otra cosa que insultarle directamente. El complejo del subalterno como causa de un potente discurso colonial, que lobotomiza y anula toda autoridad o capacidad de auto-enunciación.

La aceptación del dominio occidental queda totalmente sentenciada y esta subalternidad situada en el poder, que encarna Yonoi, es más drástica en él que en cualquier soldado. La “radiación” del discurso colonial incide directamente en los líderes subalternos, y en menor medida en los súbditos de estos… o algo así. Esto es debido al cómo ha sido construido el discurso colonial. Occidente ha concebido el discurso colonial de manera que su mensaje llegue en mayor medida y en primer lugar a los más altos estamentos. El discurso colonial esquiva las tropas de choque enemigas y se dirige directamente a los líderes que se encuentran en la retaguardia. Un pueblo sin líderes queda fatalmente dislocado y el discurso colonial, por tanto, ha cumplido su función. Entonces es cuando la gente empieza a aceptar que el emperador no es el hijo de Dios y que Japón va a tener que pasarlo regular durante la ocupación americana.

Si Yonoi sintetiza la subalternidad en la película, la súper mítica escena final coloca la guinda a este pastel de contradicciones. La historia se invierte y, un viejo conocido de Lawrence, el Sargento Hara, ahora se encuentra ahora paradójicamente preso al término del conflicto. En una prisión británica y confinado en una austera celda, Hara es visitado por Lawrence:

-Sargento Hara: No lo entiendo. Mis crímenes no fueron distintos de otros.

-Lawrence: Es usted una víctima de los hombres que creen tener la razón, al igual que un día usted y el capitán Yonoi estaban convencidos de poseerla. Y la verdad es que nadie tiene razón.

El sentimiento que le produce a Lawrence la presencia de Hara en la celda hace que aflore en él un proceso ¿contra-colonizador? y empático. Reconoce la supremacía de nadie y la razón de ninguno. Se pone, digamos, los zapatos del otro. Lawrence, en este trágico final, suaviza un poco el “campo de batalla” del que hablaba Keith Jenkins (Repensar la Historia, 1991), que es la historia, en el que cada colectivo desarrolla e interpreta los acontecimientos en beneficio propio. Lawrence termina por reconocer la invalidez del argumento colonial racista y su problema de identidad.

Aún así, ahora, el antiguo Sargento Hara ha aceptado su condición subalterna de prisionero, ha aprendido inglés y se ha subyugado definitivamente. Con una triste sonrisa y en el idioma de su dominador, se despide para siempre con la frase que da título al largometraje: “¡Feliz Navidad, Mister Lawrence!”.

Para sintetizar. Hemos observado la condición de subalternidad emplazada en una situación de poder para los japoneses, en un escenario donde ellos eran los cazadores y los carceleros. Pero este poder se ha deconstruido para posteriormente ser completamente tumbado por un discurso colonialista perfectamente diseñado para atacar el centro de su objetivo y al centro de la “cultura rival”. La poderosa prosa del discurso colonialista transformó a algunos de los líderes japoneses en meras marionetas con el fin de confundir el rumbo de una nación entera. Sin líder, orden ni concierto, las comunidades afectadas quedan expuestas al dominio de Occidente que las ahoga. Aún así, por supuesto, también hay que tener súper en cuenta que en el caso de Japón, durante la Segunda Guerra Mundial, quizás fuese peor lo que ya tenían en casa. #makelovenotwar

Cualquier discurso colonialista que sea aceptado por un individuo es, desde su raíz, un ejercicio de imposición sin fundamento y completamente cuestionable. Por ello, tarde o temprano y sorpresa para nadie, aparece la respuesta poscolonial. En el caso de Japón dicha maniobra se supo aprovechar magistralmente. Tras los acontecimientos de la Segunda Guerra Mundial que aparecen en la película de Ōshima, un Japón subyugado por Estados Unidos ha sabido sacar partido de la situación para posicionarse a día de hoy como una de las principales potencias económicas del mundo (#deudapúblicamásaltadelmundo). Los líderes de Japón han creado a un subalterno fantasma, en cuya fachada se muestra un país vulnerable, mientras que en la trastienda han ido guardando todos aquellos utensilios occidentales que ha ido necesitando para poder llevar a cabo el, conocido en economía como, “milagro japonés”. Pero eso ya es el guión de otra peli distinta.

Hablamos con Makoto Nagahisa, director del film We Are Little Zombies

Makoto Nagahisa (1984) no solo es un gran director novel, con mucha proyección y futuro, sino que también estamos convencidos de que es uno de los directores más cool y oshares de Japón… y que además es al que mejor le sientan un buen par de coletas. Para muestra, una foto. Antes de llegar al cine ha pasado por el mundo de la publicidad y videoclips (¡incluso con las CHAI!) como realizador y director de arte, es compositor de música chiptune, le apasiona la fotografía e incluso le sobra tiempo para ser padre de dos criaturas. Todo esto con solo 36 años.

Hay que reconocer que estamos hablando aquí de Makoto Nagahisa gracias al éxito de su primer largometraje We Are Little Zombies, pero este director ya venía de ganar el Gran Premio del Jurado en el Sundance Film Festival de 2017 con el cortometraje, basado en ciertos hechos reales acaecidos en Saitama, And So We Put A Fish In The Pool (2016).

We Are Little Zombies es algo así como una orquestada orgía electrónica y nostálgica, muy pensada y minuciosa, donde ningún recurso estético ni narrativo es aleatorio ni accidental. Además, el marketing y carcasa exterior del largometraje esta dispuesto para que bajemos la guardia pensando que venimos a ver otra cosa. Y no lo hace en vano. Cuando ya nos tiene abajo, el producto estaca de manera muy efectiva nuestros corazones, y lo hace con altas dosis de una realidad que además de ser cruda y visceral, se presenta de manera inesperada. Cuatro adolescentes de trece años, sin padres ni futuro, deciden que el mundo es una mierda pero que hay que hacer una banda de música. El problema es que ellos ya no sienten nada. Han sufrido tanto que han perdido hasta la capacidad de sufrir. ¡Pero es que la música es alegoría de la esperanza! ¡Mientras haya música habrá vida! Hikari, Ikuko, Ishi y Takemura, los cuatro protagonistas de este We Are Little Zombies del director Nagahisa se fabrican instrumentos con componentes reciclados y basura, en lo que es una clara metáfora de sus vida, y lo petan con su actitud punk y desenfadada. El resto de la peli, y si recuperan o no la capacidad de sentir, lo descubriréis vosotros cuando esté disponible en España. Por cierto, el largometraje recibió el Premio Especial del Jurado en el Sundance 2019 y su protagonista Keita Ninomiya fue elegido mejor actor en el Festival BACIFI de Buenos Aires. Puede ver en algunos cines virtuales. ¡Os dejamos enlaces al final de la entrevista!

Cartel del largometraje We Are Little Zombies (2019. dir. Makoto Nagahisa)
Trailer del largometraje We Are Little Zombies (2019. dir. Makoto Nagahisa)

La típica pregunta pero reducida al mínimo: ¿cuál es el director japonés que más dirías que te ha influenciado? ¿y la película? ¿y del cine independiente japonés?

Makoto Nagahisa: Mis mayores influencias vienen de un grupo de directores independientes de los años 60, 70 y 80. Se hacían llamar ATG (Art Theatre Guild) y entre sus miembros podías encontrar nombres tan importantes como Nagisa Oshima, Kazuhiko Hasegawa o Shinji Somai. Además de ellos, diría que el celebérrimo Takeshi Kitano y Hideaki Anno, creador de Evangelion, también me han marcado muchísimo. En cuanto a pelis… Muchísimas.

¿De qué rincón de tu cabeza nace la idea de hacer We Are Little Zombies? ¿De dónde viene la inspiración para crear a los cuatro protagonistas y sus historias?

MN: Quería crear una historia que diese esperanza a los adolescentes. La idea surgió en un momento en el que no hacía más que toparme con noticias en la prensa que hablaban sobre adolescentes que cometían suicidio. Sentí que tenía que hacer algo por ellos. Para completar la temática, decidí partir de la base de mis experiencias de niño, expandir mi infancia y adolescencia para crear una historia y contarla a través de los cuatro protagonistas.

¿Por qué ese enfoque en la figura de los niños y adolescentes? ¿Cómo fue tu infancia y qué elementos de tu pasado te han marcado? ¿Hay mucho de tu infancia en el cine que haces?

MN: La forma de sentir y entender la vida que tiene Hikari, el protagonista, es exactamente como la que yo tenía de pequeño. El acoso escolar, la ausencia de padres o la soledad fueron elementos que estuvieron presentes durante mi niñez. Los sentimientos que producen estas situaciones también acompañan a los cuatro personajes de la película. Cada uno de ellos ha experimentado, de una forma u otra, este tipo de vivencias.

Además, tengo dos hijos. A medida que los he ido criando me he podido dar cuenta de cómo los niños tienen mayor capacidad de observación, reflexión e imaginación. Es algo que quiero transmitir en mis películas. Poner en valor esta sensibilidad tan especial que tienen y así protegerla como un bien preciado.

© Makoto Nagahisa sosteniendo la Mención Especial para We Are Little Zombies durante el 69 Berlin Internatonal Film Festival.

¡Hiciste la BSO para We Are Little Zombies!

MN: Sí, aunque hay que mencionar que la banda sonora de We Are Little Zombies la hice junto con Love Spread, un dúo japonés con base en Brooklyn que me encanta. Tenéis que escucharlos.

La banda de «Post J-POP/Bipolar Bitcore» Love Spread está conformada por Ryota y Narumi

La metáfora por la cual las vidas en los videojuegos funcionan como una metáfora de que en la vida tenemos más de una oportunidad para romper con todo y volver a empezar… nos ha parecido sencillamente brillante. Dicha metáfora se hace aún más evidente al final de We Are Little Zombies. Un final que te deja sin aliento. También es curioso que esto, de alguna forma, entra en consonancia con una visión budista de la vida y la reencarnación que no existe en Occidente. ¿Cómo de importante crees que son los videojuegos para los japoneses? ¿Y para ti?

MN: Creo que los videojuegos son muy importantes para muchísimos japoneses y, por supuesto, para mí. Géneros como el RPG y títulos como Dragon Quest o Final Fantasy, con un enfoque muy claro y potente en la narrativa, han sido tutores y dado importantes lecciones de vida a muchas personas.
Muy bien visto por vuestra parte el paralelismo con el budismo. Hay conceptos budistas que me atraen mucho y que de alguna forma he puesto en la película… El acto de renunciar, abandonar, pero aún así mantenerse positivo y optimista.

No solo en el sonido, empleas la estética y narrativa de los videojuegos RPG como vehículo para mover la trama de We Are Little Zombies de forma muy abierta y evidente. ¿Cuál es tu J-RPG favorito?

MN: Mis RPGs japoneses favoritos son Live A Live (1994, Squaresoft), EarthBound (1994, Ape y HAL Laboratory) y las sagas Final Fantasy (Squaresoft) y Dragon Quest (Enix).

El chiptune y los videojuegos son tan importantes en el universo que presenta el film que la edición Blue-ray lanzada en Japón tiene el aspecto de la Game Boy del protagonista

Más allá del mundo del cine, la música y los videojuegos, ¿qué otras artes o disciplinas te interesan?

MN: Estoy preparando la dirección de dos obras de teatro, una para el próximo septiembre y otra en abril de 2021. Además estoy trabajando en un proyecto de animación. Me gustaría también trabajar en algún tipo de evento performativo basado en la experiencia. Mi intención es la de expandir cada vez más el número de áreas de expresión artística que trabajo, de forma que las haga crecer individualmente pero también se alimenten las unas a las otras.

La animación pixel art de la intro es impresionante. ¿Quién está detrás de esto?

MN: Auné esfuerzos con el artista Kazuki Takakura, un pixel artist japonés realmente talentoso. Recomiendo echar un vistazo a su web e Instagram.

El pixel art, presente en muchos elementos de la película, es obra del artista Kazuki Takakura.

¿Has metido alguna vez a un «goldfish» en una piscina? Di la verdad, hahaha. El kingyou, el pez luchador, ¿qué simbolismo se esconde en la figura de los peces?

MN: ¡Nunca he metido uno de estos pececillos en una piscina, jajajaja! Aunque alguna vez se me ha pasado por la cabeza. (Quizás todos los japoneses han querido hacerlo alguna vez).
El kingyo, la carpa dorada, es un símbolo de lo ordinario y corriente de nuestra existencia. Yo lo he usado como metáfora de un estrés que necesita ser paliado, expulsado y calmado… La necesidad de salir de la pecera.
Cuando aparece el precioso pez betta (o pez luchador) la metáfora que quiero expresar es básicamente la misma que con el kingyo, pero añadiendo el componente de la soledad.

Frame del corto And So We Put A Fish In The Pool (2016, dir. Makoto Nagahisa)
Trailer de And So We Put A Fish In The Pool (2016). El cortometraje puede verse completo aquí.

La polémica, los tabúes. Pones de manifiesto muchos asuntos tan delicados como habituales como lo son el suicidio, los traumas infantiles, la orfandad, la depresión… ¿Has recibido críticas por ello? ¿Cómo crees que el público japonés se enfrenta a ser expuestos ante tales temas?

MN: Como en otros países desarrollados, en Japón, el suicidio o la depresión son bastante frecuentes, así que no diría que a estas alturas fueran temas demasiado tabú. En realidad, escuchamos y leemos sobre estas cosas todo el rato en las noticias, casi sin ningún tipo de aprensión. La verdad es que me sorprendió lo delicados e incómodos que pueden llegar a ser estos temas cuando los presentas al público occidental.

En ambas producciones, de una forma u otra, retratas la sociedad japonesa desde tu visión particular y con atención al mundo más joven, lo cual es sin duda una temática universal, sin embargo, ¿te gustaría rodar alguna vez fuera de Japón?

MN: Sí, sería genial poder hacer películas fuera. Mi perspectiva es que es bastante difícil producir películas artísticas aquí en en Japón. (Fue un milagro que consiguiéramos arreglárnoslas para terminar We Are Little Zombies)

Queremos más películas de Makoto Nagahisa… y más música. ¿Estás trabajando en algún proyecto actualmente? ¿Cómo has vivido estos días de la crisis del coronavirus?

MN: He aprovechado para trabajar en muchos scripts durante esta pandemia del covid-19. También fue una buena oportunidad para reflexionar sobre mí, sobre mi familia y sobre lo que estaba pasando en el mundo. Por lo que puede decirse que la situación me ha servido de inspiración. De hecho, la obra de teatro que está prevista para septiembre narra una historia sobre personas que deciden confinarse juntos en una sala de conciertos durante la pandemia del covid-19.
Quiero continuar por este camino de crear y contar historias que miren directamente a nuestra sociedad y sean universales y reflejo de la misma.

¡Gracias a Makoto Nagahisa y Sandra Berghianu por la entrevista! No dudéis en seguir a Makoto Nagahisa a través de su Twitter y web.

VISIONADO ONLINE: littlezombies.oscilloscope.net

EXTRA: Libro de colorear online de We Are Little Zombies.

La artista Amanda Siworae. Lo-fi e influencias japonesas

Matsuri antiguo

Geisha pez papel

El año que Amanda Siworae pasó en Japón fue un antes y un después en su carrera artística, y no solo por el amor hacia el udon que profesa desde aquel entonces. En Tokio tuvo que acostumbrarse al ritmo de vida de esta ciudad y a lo que es aún más complejo: el idioma. Durante 2013 y 2014 estudió durante seis meses en la Kai Japanese School y ya aquí salieron a relucir sus dotes como como artista e ilustradora ganando el concurso de diseño de tarjetas de la escuela. Compaginaba sus estudios de japonés con un trabajo como fotógrafa para la revista suiza Le Temps hasta que un día decidió que tenía ganas de vivir aventuras más intensas y se marchó de la ciudad en busca de ellas. Trabajó limpiando barcos en Okinawa, plantando arroz en los campos de Satoyama en Miyama (Kyoto) e incluso sirviendo en un restaurante. 

Nacida en Palencia y criada en Tenerife, es hija de padres maestros y artistas. Que terminase estudiando Bachillerato de Artes e Historia del Arte en la Universidad de Salamanca era de esperar y durante la carrera incluso recibió una beca para continuar estudiando en Siena, Italia. Por si no fuese suficiente, Amanda posee formación reglada en fotografía y un máster en diseño gráfico. Durante un tiempo ejercería en Bilbao ambas profesiones y hoy como freelance habita en Cantabria, lugar del que se dice enamorada por su semejanza con tierras celtas como Escocia e Irlanda. Y es que la cultura celta es junto con la japonesa la que más le influye a la hora de realizar sus ilustraciones, fotografías artísticas y trabajos de animación.

Amanda ha pateado bien el globo y se ha empapado de muchas culturas distintas. Ha vivido en países como USA, Reino Unido, Italia o Japón. Sin embargo, Japón posee un lugar especial en su kokoro y a día de hoy continúa siendo una de las fuentes de inspiración más importantes para esta creadora.

“Diría que mi trabajo artístico es un conglomerado entre la cultura japonesa y la celta, entre ambos mundos y sus tradiciones”.

Inverse TimeNature matsurisamurai girl4uguisu to getaAmbas culturas ensalzan a la naturaleza como motor esencial y procurador de todo lo demás. La mezcla de ambas tradiciones con elementos representativos y universales de la naturaleza a la que además se le añade un toque más contemporáneo y de modernidad gracias a la inclusión de elementos procedentes de la estética que rodea a géneros musicales electrónicos como el lo-fi o el ambient. Sus ilustraciones son una mezcla dulce y ácida a su vez, pero siempre rítmica. Un genial equilibrio que otorga a los trabajos de Amanda un aspecto fresco y muy reconfortante, que hace que uno pensar que lo que está viendo posee una lógica preestablecida y no urdida y manipulada por una artista que bebe de aquí y de allá. Sus trabajos, más allá de imprimir sus impresiones e influencias sobre las culturas ya mencionadas, también son una forma de hablar sobre su propia vida y reflexionar sobre temáticas como la soledad o el crecimiento personal como mujer.

Hace dos años fue invitada a ser miembro del programa Talento J, una plataforma que reúne a jóvenes talentos españoles cuya actividad se relaciona directamente con Japón. Además, ha sido dos veces ganadora consecutiva del premio Merkarte Tenerife Emerging Artists en 2017 y 2018.

En los últimos tiempos ha realizado colaboraciones como freelance con artistas y compositores del mundo lo-fi como Breezewax o Jy DI Ef, diseñando portadas de discos y ayudándoles a crear sus universos estéticos. Además de eso, Amanda Siworae trabaja se encuentra trabajando un proyecto personal en forma de libro ilustrado y que reflexiona sobre el rol del silencio. Ha realizado numerosas exposiciones individuales y colectivas en España y en sus planes futuros entra el regresar a Japón y realizar allí colaboraciones con artistas y galerías del archipiélago nipón. Colaboraciones que no pensamos perdernos.

 

 

Podéis seguir a Amanda Siworae en su web, Instagram, Facebook y Giphy

Amanda Siworae

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Konnichiwa, soy tofubeats y quiero hacerte bailar 

Residente en Tokyo y procedente de Kobe (Hyogo), Yusuke Kawai, más conocido como tofubeats, es un joven músico japonés que incorpora al house y al synthpop elementos que a priori parecieran ser incompatibles. Un batido muy bailable que mezcla rap, el amplio abanico del EDM y pop japonés, con el mundo y subcultura otaku. Todo ello aderezado con letras muy melódicas y dignas de cualquier dorama romántico de éxito. Puestos a inventar, inventemos: dorama hip pop podría ser un género bastante bizarro pero que calzaría bastante bien. La cuidada cinematografía de sus videoclips presenta una estética melancólica y adolescente, muy idol y muy girly pop. Lejos de resultar en una mera parodia de nada, al ser combinado todo esto con elementos originales del hip hop, otorga al artista y a su creación la peculiaridad de estar ofreciendo un producto nuevo y original, mientras que impregna al mismo de un toque fresco y ácido. Su sonido, un equilibrado contraste que nos resulta muy placentero al oído, donde la mezcolanza de géneros no termina en lo ya mencionado anteriormente, ni mucho menos. Tofubeats es un tío talentoso y trabajador, pero también un fiestas y un enamorado de géneros partecaderiles que van desde el city pop al future funk, pasando por el trap o el nightcore.

aramajapan.com-tofubeats-art201807-fixw-640-hqTofubeats, quien desde 2013 ha publicado con Warner Music Japan, uno de los sellos más importantes del país, ya sabía componer música electrónica desde muy pequeño. De chaval se hizo un hueco en las redes con el sobrenombre de DJ Newtown, a veces el de ibonne,  y subiendo su música a plataformas como Myspace. A día de hoy, las publicaciones de tofubeats comienzan a resultar algo más difíciles de trazar. Además de sus cinco discos ha realizado multitud de featurings, lanzamientos de EPs, grabaciones de directos y compilaciones de remixes, donde da rienda suelta a sus ansias “edemescas” de electro contundente, big room y brostep. Antes había intentado ser bajista pero eso de practicar todo el rato no era lo suyo. En una entrevista para Japan Times cuenta cómo gracias a un amigo empezó a interesarse por  el rap y grupos japoneses tan míticos como Ryp Slyme o m-flo. En ese momento fue cuando descartó definitivamente lo del bajo y comenzó a trastear con los ritmos electrónicos.

Quizás tofubeats no ha sido el pionero en llevar todos estos universos relacionados con lo otaku y lo idol a la escena del clubbing japonés, quizás el productor de Perfume, Yasutaka Nakata, sea claramente más culpable de eso pero… quizás…  sea tofubeats el elegido que consiga exportarlo y llevarlo a la escena nocturna de otros países. De alguna forma tofubeats destila mejor estos elementos, filtra mejor el kawaii y el idol y lo mezcla en un cóctel más acorde con las tendencias urbanas actuales. Un tipo nacido de internet y más alejado de los mecanismos tradicionales de la industria musical y que ha sabido condensar y filtrar el cool Japan de manera muy… cool, elevarlo y hacerlo bailable. 

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© qetic.jp

El éxito de tofubeats se basa en parte en el empleo de estos elementos que son bien conocidos por los jóvenes, pero también en su presencia en redes sociales como personaje carismático y cercano. Pero su conexión con el mundo de Internet no acaba aquí y viene de lejos. Tofubeats sería uno de los primeros músicos en trabajar con el DJ y productor Tomohiro Konuta, aka Tomad, fundador de la primera netlabel importante de Japón. Es decir, la primera discográfica de releases online del país y que supuso una verdadera y firme transición hacia esta práctica, hoy ya bastante integrada en lo habitual. Maltine Records, el nombre de esta netlabel, fue fundada en 2005 y desde entonces continúa produciendo a músicos polivalentes que mezclan el pop y el dance japonés con otros géneros y subgéneros. Tomad y tofubeats compartían críticas musicales en cierto sitio web, poco a poco se hicieron amigos virtuales y, un día, el primero decidió ofrecerle al segundo trabajar juntos en un proyecto musical. El boss de Maltine produciría por primera vez temas míticos de tofubeats como it’s too late, del álbum cutegirl.jpeg (2009), un precursor del rollito future funk japonés que tanto disfrutamos ahora con Yung Bae, Maccross 82-90 y todo el colectivo Shibuya Meltdown. 2009 fue un año duro para tofubeats debido a la temprana pérdida de su amigo imoutoid, DJ y programador informático de SuperCollider, al que incluso dedicó un tema y organizó una fiesta en su honor.

Tomad y Kawai se dicen fan de la label y colectivo artístico londinense PC Music, icónicos del género underground online, y es que las raíces «sounclouderas» de estos dos amigos siguen aún muy presentes. Antes de eso, tofubeats ya había aparecido en la web de imdkm (Ryouhei Ito), crítico y productor japonés de electrónica, que por aquel entonces escribía un blog de referencia. Actualmente ambos son buenos amigos y siguen juntándose para realizar algunos bolos juntos.

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Lost Decade

Aunque también se atreve sin problemas en muchísimos temas a poner su voz (bien de autotune), tofubeats es un total obseso de los josei vocals samples y posee toda una colección en su casa de pop japonés femenino, que podéis ver en un home tour que el músico realiza para un canal de YouTube. Además, es y siempre ha sido súper fan y paladín de la ex-idol Chisato Moritaka, que lo petó muy fuerte en los 80 y 90, con la cual tuvo oportunidad de colaborar con el tema Don’t stop the music. El videoclip de este Don’t stop the music es cuanto menos curioso y podemos ver en él unas versiones infantes de ambos artistas dándolo todo en la disco, y sin necesidad de haber mostrado DNI alguno. Quizás Lost Decade (2013), lanzado meses antes de Don’t stop the music, y que fue su primer LP con Warner, sea el mejor punto de partida para empezar a escucharle, ya que recoge directamente algunos temas que había estado haciendo en Maltine Records y de alguna forma consolida todos los experimentos anteriores. En este álbum también se encuentran uno de sus mayores éxitos y el que quizás fuese el verdadero culpable de que estemos hablando del amigo tofu aquí: el hitazo ultra definitivo e hipertróficamente emocional titulado 水星 suisei. Acompañado del rapero Onomatope Daijin este track quemó las radios y tofubeats se hizo definitivamente un hueco entre los artistas más importantes del país. Imaginaos, una canción que habla de un viaje al planeta Mercurio con la chica de tus sueños y que comienza diciendo: ¿Eres consciente de que vas a morir si no bailas? (lo dice en japonés). Y claro, la gente no es tonta y sabe lo que le conviene. La rapera DAOKO también lo sabía y se hizo su propia versión del tema, de textura más abrupta, pero cosechando casi tanto éxito como el original. Este suisei fue tan poderoso que incluso cuenta con un álbum homónimo que compila versiones y remixes del mismo. 

Las colaboraciones de Yusuke Kawai (tofubeats) con idols solistas y grupos son incontables, como lo es toda la vasta producción musical que ha realizado hasta la fecha. Una engrosada lista que incluye nombres del mundo idol como Dream Ami, YUKI, tengal6, Momoiro Clover Z, G. RINA, Hitomi Arai de las Tokyo Girls Style… o del rap como la anteriormente mencionada DAOKO, SKY-HI o PUMPEE. Estas colaboraciones no se basan siempre en featurings como con Chisato Moritaka, sino en la producción de temas completos y trabajos como letrista. Del mismo modo, produce para muchos grupos de pop de todos los cortes o hip hop, como el buen productor musical hiperactivo que es. En cualquier caso, estas incursiones son siempre, en mayor o menor medida, un intento por llevar a estos artistas a terrenos que les sean desconocidos y ver cómo funcionan las fórmulas de siempre si se les aplican otras reglas. Pararse a citar colabos de nuestro amigo Yusuke resultaría más duro que parir una tesis doctoral o abrir correctamente una botella de ramune a la primera… tsk, joer.

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First Album

La segunda etapa de tofubeats desde que entrara a formar parte de la familia Unborde (así se llama la filial de la Warner Music Japan a la que pertenece) está claramente marcada por su relación profesional y de amistad con okadada, DJ y productor procedente de Kansai y miembro de la Maltine Records. Yusuke Kawai disfruta haciéndonos el lío y le coloca de nombre First Album (2014) a su segundo LP. Hay que entenderlo como reboot de sí mismo, así que respetemos eso y comencemos a contar nuevamente desde aquí. Junto a okadada perpetrará temas como Her Favorite o Come On Honey! Al margen del LP, tofu y okadada se aliarían para formar el colectivo DJ dancinthruthenights y el experimento Maltine Girls Wave, primer proyecto colaborativo de esta netlabel con un gigante de la industria musical como lo es la japonesa Corporación Avex. Es en este First Album donde vierte su lado más «geekotaku» de forma más evidente con la colaboración del genial Yamane Yoshitaka en las portadas, ahora de corte retro anime, y con los grafismos de Tamio Iwaya, aka Graphers Rock. 

disukoEn este LP se corona como el Dios del Disco con el track Disuko no Kami-sama ディスコの神様, en colaboración con Takashi Fujii. Un tema a lo city pop ochentero y abiertamente retro, como si de un Tetsuro Yamashita digievolucionado se tratase. El tema marida a la perfección con esta nueva presentación vintage y, aunque algo lejos de su sonido pero no de su estética, con la hipnagogia del vaporwave. También se da aquí la primera colaboración, en el tema poolside, con Pes, miembro de los Rip Slyme, con quienes comparte productor hoy en día. Sorprende con el track content ID, con una pegada IDM a la altura del mismísimo Aoki Takamasa y con cortes «nintendocoretas» en Asa wa kuru made omaru koto no nai dansu wo 朝は来るまで終わることのダンス. Por supuesto continúa con la misión de llevar a cabo la revolución del idol pop con colaboraciones como la de CAND\\\LAND junto a la cantante LIZ-LIZ o las lyrical school, con las que da comienzo al álbum.

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Positive

Luego vino el LP Positive (2015), con tema homónimo incluido y cuyo significado supone toda una declaración de intenciones. También encontramos aquí tracks como STAKEHOLDER, que además cuenta con un videoclip con un acting a la altura, o Too Many Girls, ambos composiciones de lo más tofubeateras que uno se pueda imaginar. La pizca de nostalgia, el mensaje optimista, la calidez y docilidad del ritmo… (A excepción del tema Throw your laptop on the fire con Tetsuya Komoru que rompe por completo todo lo anteriormente dicho y que te hace bailar y golpearte el pecho como enérgico gorila…). Quizás el álbum más blanco de don Yusuke, pero igualmente muy disfrutable. Se cumplían diez años de la fundación de Maltine Records y Yusuke Kawai introduce en la canción que da inicio al LP, DANCE&DANCE,  la grabación de unas palabras de homenaje procedentes de la fiesta de aniversario de la netlabel. No se puede olvidar Sutekina mezon すてきなメゾン featuring la okinawense y derrite corazones Tina Tamashiro. Tampoco la colaboración con la cantante de jazz Yoshio Nakano de EGO-WRAPPIN’ en Betsu no ningen 別の人間, que evidencia otra de las pasiones de Yusuke y deja entrever lo profundo de sus influencias y conocimientos musicales.

fantasyclubFantasy Club y Run

Fantasy Club, lanzado en 2017 continúa siendo una amalgama de géneros y experimentos que hermanan a la fuerza EDM, pop y hip hop. Sin embargo, esta vez, los featurings se han reducido notablemente. Cada vez se aleja más de la escena japonesa en el sonido pero continúa esta atmósfera vintage y de revisión cool del anime. El positivismo del anterior LP ha mutado en algo distinto. Nos encontramos con distorsiones vocales en cierto modo oscuras y con letras existencialistas, como en SHOPPING MALL. ¿Ha pasado muchas noches a solas el amigo Yusuke Kawai?… El tema Lonely Nights, en el que sí colabora con el rapero YOUNG JUJU(KANDYTOWN), fue un verdadero éxito y uno de los temas más exitosos del artista hasta la fecha. A pesar de su atmósfera más introspectiva, el tema clava sus beats de manera implacable, el rap YOUNG JUJU es hiper efectivo, y los cortes houseros en los coros que se hace Yusuke son brutales. Sin duda la máxima expresión de su auto-tune perfectamente ejecutado y el álbum más experimental en lo vocal. Un mood muy peculiar para lo que nos tiene acostumbrado y los constantes injertos traperos del southern rap que aparecen en muchos temas, no hace más que acentuar esto. Temas con sintes de esta tendencia a lo oscuro, como en OPEN YOUR HEART o CALLIN, se constituyen como verdaderamente disfrutables raras avis en su repertorio. Parece como si se hubiese cenado a The Weeknd con soja, se hubiera tomado una botella de sake y se hubiese puesto a componer bajo los efectos de todas sus influencias anteriores. Las voces femeninas aquí hablan de una nostalgia cálida, casi triste, como en el tema titulado YUUKI. En cualquier caso, hay que dejar las cosas claras, WHAT YOU GOT lo rompe y tiene el mejor videoclip de la historia del multimedia (y subyacente crítica incluida).

RUN_JKTA veces lo mejor es una huida hacia adelante y salir corriendo puede ser tu mejor carta. Run (2018) es el cuarto LP de nuestro músico y el tema dispuesto para escuchar cuando uno pulsa play. En el videoclip vemos a un Yusuke Kawai reconvertido en un trapstar amable, aseado y humilde, que nos conquista con su juego de pies y cadera. Aquí tofubeats se trae recursos sonoros del anterior disco y recupera algo del optimismo que se había quedado por el camino. La nostalgia como plato principal en un tema muy «2stepero» llamado NEWTOWN, su primer nombre como joven EDM trackmaker, o con composiciones como YOU MAKE ME ACID

Ya en 2018, en lo que ha resultado ser una total transición y paso adelante para este músico, compondría la BSO para el anime ClassicaLoid y el soundtrack original para el largometraje Asako I & II (Netemo Sametemo寝ても覚めても, 2018) dirigido por Ryūsuke Hamaguchi. Durante 2019 se sumó al carro con una versión (otra más) de la inagotable Plastic Love de Mariya Takeuchi (aunque en su caso, muy seguramente, con más conocimiento de causa que otros intérpretes y reinterpretes). (¡Ah!, y también compuso la canción oficial del Unko Museum Tokyo うんこミュージアム… el Museo de la Caca… Pero eso ya es otra historia).

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TBEPTBEP (2020), título de su quinto LP y cuyos temas se nos están dosificado en los últimos meses está llamado a ser uno de mis favoritos. No puedo parar de escuchar la psicotrállica inbouron 陰謀論 (CONSPIRACY THEORY) y la pista CLUB, con los coros de kiki vivi lily, es un homenaje a la escena y para mí una de sus mejores composiciones hasta la fecha. También está Somebody tore my P, lanzada este mes pasado, sin vocales y con cortes techno muchísimo más ácidos de lo que nos tiene acostumbrados. Un tema con mucho cuerpo y merecedor de unos buenos saltos sobre la pista, y que además recuerda un poco a esos inicios en los que el señor Kawai se hacía llamar DJ Newtown. Ah, y videoclip de MOVE IT, hecho por él mismo en su iPad en una de estas, a veces, fructíferas, tardes de confinamiento. 

Ahora solo queda que le deis una buena escuchada y movais vuestro cuarentenoso culete. El feat con Wednesday Campanella debe estar al caer. Digo yo. Sigo esperando. Aquí sentado. Esperando. Estoy bien. Ok.

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Enlaces útiles para que disfruteis de este músico que, sin duda, es uno de los más influyentes e importantes de la escena club y electrónica japonesa:

Página web, Twitter e Instagram

Canal de YouTube

Listado de sus trabajos

Bandcamp

Soundcloud

Hasta siempre Ikkō Narahara. Revolución en la fotografía japonesa de posguerra

El pasado 19 de enero nos dejó, a sus 88 años, Ikkō Narahara, uno de los fotógrafos japoneses del blanco y negro más influyentes e importantes dentro de este arte. Nacido en 1931 en Omuta (Prefectura de Fukuoka), el reconocimiento que tuvo en vida fue mundial y su fotografía recorrió el planeta haciendo gala de un particular lenguaje expresionista con el que retrató el trauma de un Japón derrotado. Esto lo hizo de una forma en la que ningún fotógrafo lo había hecho antes, o al menos con una sensibilidad tan peculiar y lejana de lo visceral y explícito que no era común por aquel entonces. Lo inhóspito y lo profundamente desolador filtrado través de una intimidad compleja en un precioso juego que es más de sombras que de luces.

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Un reportaje fotográfico titulado 人間の土地 Ningen no Tochi (Tierra de Humanos, 1956), su primera exposición en solitario, le valió para ganarse el reconocimiento del público y la academia. Esta serie fotográfica funciona como su propia visión del culmen de la belleza en lo vacío, lo solitario y la atmósfera fantasmal de los paisajes volcánicos de las islas de Sakurajima, Hashima o Gunkan-jima (conocida como la Isla de la Guerra). Hace solo un par de años, en 2016, el Photo History Museum FUJIFILM SQUARE, ubicado en el edificio Tokyo Midtown de Roppongi, rindió tributo a Nakahara una exposición sobre fotografía japonesa de posguerra en la que pudo disfrutarse íntegramente de la anteriormente mencionada serie Ningen no Tochi.

En la década de los años 50, tras terminar sus estudios en Derecho en la Universidad de Chuo se sintió libre para hacer lo que realmente le gustaba y comenzó sus estudios sobre Historia del Arte en la Universidad de Waseda. Allí conoció a un grupo de pintores que a los que debe una cierta influencia plástica y compositiva que se observa en su fotografía. Dicho grupo, al que se unió en 1955 funcionaba bajo el nombre de Jitsuzaisha (Existencia Real) y de este también formaron parte artistas “fluxianos”, como Masuo Ikeda o por ejemplo el pintor Ay-O (Takao Iijima), conocido en el avant-garde japonés como el “Artista del Arcoiris”. Otro de los artistas que formaban parte de Jitsuzaisha era el maestro del conté y la acuarela Tatsuo Ikeda, quien en su particular historia personal es de las pocas personas que han podido decir que fueron pilotos kamikaze y que sobrevivieron para contarlo. Las ilustraciones y pinturas de Ikeda nos hablan de lavados de cerebro y traumas, pero sobre todo de los perjuicios de una cultura militarista imperante que tambaleó valores nacionales para usarlos a su favor y atemorizó a su propio pueblo.

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Tras graduarse en Waseda, Narahara fue uno de los fundadores del colectivo independiente VIVO junto con otros célebres fotógrafos como Kikuji Kawada (1933), Shomei Tomatsu (1930-2012) o Eikoh Hosoe. Paradójicamente, este colectivo denominado VIVO, duró solo un par de años y se disolvería en 1961 pero su sentó las bases definitiva de la fotografía japonesa de posguerra y su carácter vanguardista sería una importante y notable influencia para las generaciones posteriores. Narahara y sus compañeros de VIVO consiguieron, a través de una revolución fotográfica y estilística, comunicar la denuncia social y política que muchos jóvenes estimaban tan imprescindible como inevitable. Hijos forzosos del imperialismo y de una nación derrotada, se sentían una generación de jóvenes en conflicto consigo mismo, a quienes cuya identidad les había sido moldeada a base de engaños para luego ser abandonada por unos y secuestrada por otros. La misión de Narahara y los demás fue la de poner voz al pasado y decidir un futuro, pero contando siempre el presente y haciendo uso del arte de vanguardia y como vehículo de reflexión y comunicación. Existencialismo fotógrafico que quiso captar la esencia y el simbolismo del instante pero que no se olvidó de los aspectos formales como el encuadre y la composición. Ahí es nada.

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Tras graduarse en Waseda, Narahara fue uno de los fundadores del colectivo independiente VIVO junto con otros célebres fotógrafos como Kikuji Kawada (1933), Shomei Tomatsu (1930-2012) o Eikoh Hosoe (1933).

Su éxito también fuera Japón, le llevó tierras extranjeras donde también realizó trabajos que para Nakahara fueron algunos de los más importantes de su carrera. La que, en sus palabras, viene a ser su mejor obra es la titulada Where Time Has Vanished, una serie de fotografías realizadas a principios de los años 70 en Estados Unidos y que resultó en una exposición homónima en 1975. Esta exhibición fue una retrospectiva de su obra hasta el momento y contenía una segunda parte, Beyond perspective 1970-2002, en la cual Ikkō Nakahara reunió fotografías más experimentales y cargadas de simbolismo, mostrando así también su entonces tendencia y curiosidad por ciertas cuestiones formales dentro de la fotografía. Narahara experimentaría con imágenes fusionadas con rayos x y todo tipo de efectos visuales. En particular, le interesaba la visión doble, ya que el propio fotógrafo sufrió de esta condición durante su vida. Por este motivo, su último gran trabajo y de carácter muy experimental fue titulado Double Vision – Paris 2000-2002.

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Ikko Narahara llegó a visitar España y quiso conocer un poco de sus costumbres y estilo de vida. Realizó una triple serie fotográfica que reunidas bajo un mismo título resultan en el curioso España Grand Tarde, Fiesta, Vaya con Dios (1969). A España la retrató a través de principalmente tres temáticas: las corridas de toros, el paisaje urbano y la vida rural del país. El costumbrismo de aquí pero filtrado a un estilo que auto importado desde Japón produjo un resultado increíble.

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Narahara fue profesor en la Universidad de Kyūshū Sangyō en Fukuoka y en los últimos años su salud empeoró enteros hasta que tuvo que abandonar prácticamente toda su actividad profesional hasta el final de sus días. Aún así nunca se rindió ni cesó en su compromiso con el arte y con la fotografía. Sus esfuerzos valieron a su persona los más altos reconocimientos al mérito artístico, por parte del gobierno japonés y de instituciones de prestigio de todo el mundo, que admiraron su forma de mirar al mundo. La forma de mirar y de fotografiar de una persona que fue pionera en su tierra en documentar las consecuencias de la guerra desde un punto de vista inusual artístico y arrebatador en lo personal.

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GOATHE. El ilustrador que transforma personajes de anime en estrellas del trap

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Instagram de 𝐆𝐎𝐀𝐓𝐇𝐄©.
Tienda online de 𝐆𝐎𝐀𝐓𝐇𝐄©

Todos lo saben. En un vaso de cóctel juntamos al escritor alemán Johann Wolfgang von Goethe y al pintor holandés Van Gogh y la mezcla resulta en un artista filipino enamorado de Japón que recoge las últimas tendencias de la moda urbana y que las imprime sobre personajes de manga y anime. No, no me he fumado nada. Así de dope es el ilustrador nacido en Manila que se hace llamar VAN GOATHE o simplemente 𝐆𝐎𝐀𝐓𝐇𝐄©, en los últimos tiempos.

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Este genial dibujante nos comparte que comenzó a interesarse por el dibujo gracias a la influencia del anime. Sus cuadernos de instituto alternaban entre una página de apuntes por otra de bocetos y garabatos. A base de fundir cuadernos se convirtió en un maestro de la estética y de la técnica del manga y decidió estudiar arte para perfeccionar sus habilidades.

Nuestro artista se dice admirador de la obra literaria de Goethe y de la pictórica de Van Gogh, de quienes opina que existe un nexo común artístico en la manera en la que ambos expresan sus emociones. Por otro lado, es un estudioso de la obra del renacentista Michelangelo Buonarroti y le encantaría colaborar con él si se inventase la máquina del tiempo en algún momento.
Sin embargo, sus ilustraciones están muy lejos de cualquier cosa que todos estos creadores hubieran podido imaginar en su tiempo. Su obra es un recorrido que homenajea a personajes procedentes de animes y mangas muy populares con la particularidad de que sus actitudes y vestimentas han sido traídas a contextos propios de la moda urbana y joven actual. Sus ilustraciones suenan a vaporwave, a nightcore y a trap. Este último género, junto con su hermano mayor el rap, es otra de las influencias principales de GOATHE, quien ha dedicado ilustraciones a artistas como Billie Eilish, Post Malone o Kendrick Lamar. GOATHE resulta en una especie de extrapolación del cada vez más común “diálogo” entre el capitalismo de las grandes marcas y el arte que, por ejemplo, artistas japoneses como Takashi Murakami han puesto en práctica en la últimas dos décadas.

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Cuando sea mayor le gustaría ser cómo Eikichi Onizuka, protagonista del mítico Great Teacher Onizuka del autor Tōru Fujisawa. Si GOETHE tuviera que elegir a un solo personaje de anime sería Onizuka el que se alzase sobre todos los demás. En su opinión, este personaje posee un carisma, un sentido del humor y una inteligencia muy especiales, que lo convierte en un protagonista único. Esto le hizo dedicar a Onizuka a una serie completa de ilustraciones a modo de homenaje.

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Goethe no es un simple ilustrador, es un tío solitario al que le gusta reflexionar sobre lo que supone ser creador y artista en la sociedad actual. Conoce las dificultades de este tipo de vida y quiere tener un mensaje con los artistas que están empezando y pasando por momentos de crisis. “Comprende la diferencia entre pasión y pasatiempo. La pasión no consiste en descubrir lo que te gusta, sino que está en aquello por lo que serías capaz de sufrir por continuar haciéndolo”.

Aunque aún no ha realizado ninguna exposición formal ni ha colaborado de facto con ninguna marca, esto es solo cuestión de tiempo. Las redes de GOATHE echan fuego y acumulan a miles de seguidores, entre los que incluso se encuentra el ya mencionado y reconocido artista Takashi Murakami.

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Japón y la tercera edad. Del respeto al enfado y vuelta a empezar

¿De dónde viene eso del respeto a los ancianos en Asia?

Si conectamos dos ideas como pueden ser Japón y tercera edad, el tercer elemento que se produce en nuestra mente, si pensamos en una posible relación entre ambos, es la idea de respeto. Dicha idea, que puede venirse a nuestra mente de manera casi instantánea realizando el ejercicio anterior, tiene su origen en una visión estereotípica, incluso podríamos decir orientalista, por la cual se atribuye a la sociedad japonesa un respeto incondicional por la generación más anciana del país. Definitivamente, existe el estereotipo de veneración a los ancianos en Oriente que, a través de una visión generalista que hace Occidente, podría relacionarse con los ideales confucianos procedentes de China y que continúan presentes en Asia oriental. Las enseñanzas confucianas vendrían a reivindicar un orden socio-ético-político concreto que estimaban adecuado para el refinamiento de las personas, a las cuales consideraban como seres sociales en potencia. Las Analectas, compiladas por los discípulos de Confucio, dignificaban la virtud como la validez para gobernar y ser gobernado, que se desprendía de la calidad moral de cada individuo, siendo respaldado por una sociedad que funcionase conjuntamente de acuerdo con valores sociales correctos y modélicos.

Dentro de los estudios confucianos es el concepto de ren, el que funciona como valor primordial que sustenta el respeto hacia los ancianos en el corpus doctrinal. Anteriormente, dicho concepto tenía un significado más llano y se asociaba con ideas como la amabilidad o la generosidad. “Ren consiste en amar a los otros” (Analectas, 12:22) es la síntesis que hizo Confucio en sus Analectas sobre el sentido de ren. Este amor al prójimo, que definía Confucio, había de ser también xiao o “filial”, lo que otorgaba principal importancia al respeto por los padres y los mayores (Analectas 1:2). En estas «enseñanzas» se resaltaban los valores del amor natural de los hijos por las personas de mayor edad, quienes les criaban y amparaban. Además, se insiste en que dichos valores tenían que provenir de uno mismo, configurándose el individuo como ser virtuoso y recto dentro la sociedad. Actuar de dicha forma era la única manera de convertirse en junzi o persona elevada, que en términos morales era aquel que «cultiva en sí mismo los valores de ren». De esta forma el confucianismo estaba otorgando a la tercera edad un respeto legítimo y una importancia vital dentro del perfeccionamiento de la sociedad humana. Así que esta doctrina moral-religiosa confuciana entendía que una de las bases para el correcto funcionamiento de la sociedad era el respeto hacia los ancianos y que, por tanto, una sociedad donde los ancianos no recibiesen el trato y la relevancia adecuados no sería virtuosa ni exitosa. Es obvio que estos valores, procedentes de las doctrinas confucianas, también se encuentran en Japón ya que viajaron desde China a través de Corea. El confucianismo en Japón, a pesar de no ser una religión consagrada ni reconocidamente practicada, sí que baña gran parte de su corpus ético y moral e incluso a día de hoy pueden encontrarse templos consagrados a la imagen de Confucio, como por ejemplo es el caso de Yushima Seidō 湯島聖堂 erigido durante el periodo Edo 江戸 (1603-1868) en el distrito de Bunkyō 文京, en Tokio. Por resumir, todas esta influencia que tuvo el confucionanismo en Japón fue la responsables de configurar esta estima y respeto por los ancianos que, tradicionalmente, se ha asociado al país y qué algunas veces es más un estereotipo recurrente que hace Occidente de Japón que una realidad.

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© Lee Chapman

Por otro lado, esta visión estereotípica del respeto por los ancianos en Asia, también puede venir del culto por la longevidad, en japonés nagaiki 長生きque filosofías como el taoísmo han llevado a cabo dentro de su interpretación del Dao道 como verdadera «vía para la vida». El filósofo chino Lao Tsé (S. VI a.c.) en el Dào Dé Jīng promulgó que, a través de la práctica del wuwei o la “no-acción”, podía conseguirse el potenciar la longevidad. Para disfrutar de una vida larga y rica se había de actuar en contra del sentido común, ya que este se obcecaba en perseguir objetivos y era germen de conflictos. La “no-acción” es una actitud dócil y, por tanto, la base de la serenidad que permite al ser humano vivir de manera relajada y plena durante muchos años. Este culto por longevidad tiene como respuesta en la sociedad china el respeto hacia las personas ancianas por considerarse que han sabido llevar una vida apacible y fructífera, de acuerdo con la doctrina del Dao, para poder alcanzar esas edades. Si bien la filosofía taoísta no se relaciona directamente con la cultura y sociedad japonesa, el neoconfucianismo, que llegaría a Japón en el siglo XVII, sí que había incorporado en China estas visiones del taoísmo y, por tanto, participan también de esta visión orientalista y estereotípica por parte de Occidente.

Por último, aunque resulte lo menos directamente conectado con las tradiciones japonesas, esta visión estereotípica de respeto por los ancianos en Asia oriental tiene gran parte de razón de ser debido al culto a los antepasados que se realiza de manera tradicional en la religión popular china desde la dinastía de los Shang (XIV-XI a.C.). En China los antepasados, denominados zu o zuxian consiguen dicha categoría a través de procesos rituales y funerarios concretos. Esta práctica por la cual se consigue el perdón del difunto para que este suba al Cielo es considerada una de las formas más básicas y primerizas de actos religiosos en China. Normalmente el rito se realiza para con miembros de la familia, que hayan sido conocidos personalmente y se les dispone un altar donde se colocan todo tipo de ofrendas, como arroz, fruta o incienso. Resulta curiosa la similitud entre dioses y ancestros/antepasados a la hora de la práctica de dichos rituales. Ambos son venerados de formas prácticamente similares con la diferencia de que la adoración a los dioses es realizada por comunidades y la de los antepasados por familias particulares. Los Sheng, quienes comenzaron a oficializar este tipo de rituales de culto a los antepasados, consideraban que la muerte natural era la deseada tras muchos años de vida, lo que conecta directamente con la filosofía taoísta. Esta muerte natural era reconocida como algo positivo y admirable por estar en concordancia con el orden social y natural, luego el alma del difunto merecía ser guiada hacia el Cielo a través de la práctica ritual. De esta forma vemos de nuevo un reflejo en el respeto y reivindicación de los ancianos en este culto ritual a los antepasados. En el caso más concreto de Japón, en períodos anteriores a los años 60, era habitual que en las zonas rurales se considerase a los ancianos con mucha descendencia como ancestros honorables incluso antes de su muerte.

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© Lee Chapman

Sin embargo, estando ya definidas algunas de las posibles raíces de este culto por el respeto a los ancianos en Asia oriental, habría que preguntarse si Japón también tiene algún reflejo directo, algún rasgo tangible de dicho respeto por la tercera edad.

Podemos encontrar en el que está considerado como el libro más antiguo, que narra la historia del origen de Japón, un ejemplo de esto. En estas Crónicas de antiguos de hechos de Japón o Kojiki 古事記, editado por O no Yasumaro por encargo de la corte imperial de Yamato (250 -710 d. C.), existen tres divisiones por eras, siendo la primera de ellas la correspondiente a la propia de los dioses. Dicha era que narra desde la creación de las islas japonesas por parte de los dioses Izanagi 伊弉諾e Izanami 伊弉冉尊, contiene también el mito relativo a la diosa central del sintoísmo: Amaterasu, la diosa del sol. Es junto a ella que reaparece una de las deidades creadoras denominada ya al inicio del capítulo primero como Taka-mi-musubi no kami 高御産巣日神 y más tarde, en los capítulos 22 y 26, como dios Takagi 高木神. La figura de esta deidad o kami 神, aparece en el primer capítulo que describe los primeros instantes de la creación de la islas japonesas como una de las dos fuerzas creadoras de todas las cosas, a modo de yin o de yang y una de las tres divinidades originales. El punto que resulta interesante en esta deidad, que surgiría en el Altiplano del Cielo (Takama no hara, 高天原), es que en los capítulos 22 y 26 aparecería junto a la diosa Amaterasu sirviéndole de consejero y compartiendo voz a la hora de gobernar los cielos. Ambos son los autores del “sublime mandato” por el cual se ordena a otros dioses regir las distintas tierras o países de las islas japonesas. La razón por la que Amaterasu considera que el dios Takagi es válido para aconsejarles en estos asuntos es por su ancianidad. La diosa principal del sintoísmo estima necesario los consejos de un dios anciano para llevar a cabo sus labores como rectora de las islas japonesas. Existe por tanto un respeto y una admiración a este dios anciano, a la vez que una necesidad de recurrir a su vejez y sabiduría para la toma de decisiones. Este podría considerarse como el más antiguo caso registrado en Japón que haga referencia a una relación de veneración y respeto por los ancianos, que además es relevante por tratarse de un escrito mítico y esencial para la historia de los orígenes del país.

No tenemos que viajar al pasado para conocer al dios Takagi, ya que es habitual encontrarlo representado como un anciano de largas barbas grises en los números teatrales de danza kagura 神楽. Además existe a día de hoy un santuario sintoísta, o jinja 神社, consagrado a la figura de este dios que puede encontrarse en el distrito de Sumida en Tokio.

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Takagi-jinja en Tokio

 

Keiro no hi. Una de cal…

Más actual que un viejo dios viejo es el Día del respeto a los mayores, el conocido en japonés como keirou no hi 敬老の日. Se trata de un día feriado nacional celebrado el tercer día de septiembre y que se enmarca como la primera de las festividades de la Silver Week. Resulta curioso que se denomine a esta semana de vacaciones como Silver Week ya que la transcripción al katanakaカタカナ de la palabra inglesa silver es frecuentemente empleada en Japón como eufemismo para lo relacionado con los ancianos, en referencia al color del cabello de estos. Aunque de esto hablaré más adelante. Durante este día se preparan comidas especiales para los ancianos por parte de asociaciones de todo tipo y en algunos lugares también tienen lugar lo que se conoce como keirokai 敬老会. Se trata de ceremonias informales o fiestas en las que los más pequeños, normalmente niños de primaria, preparan todo tipo de entretenimientos para divertir a los ancianos y más tarde obsequiarlos con aperitivos tradicionales preparados por ellos mismos. Estas keirokai suponen, por tanto, todo un ejercicio a través del cual se les inculca a los niños japoneses el respeto por sus mayores, haciendo que éstos dediquen en exclusiva un día completo para la veneración de los ancianos. Del mismo modo es una forma de que los más pequeños valoren el nagaiki que tanto caracteriza al pueblo japonés.

El envejecimiento poblacional es una de las grandes preocupaciones para la nación japonesa. Esta transformación en la demografía japonesa ha conducido al aumento del número de población anciana de forma exponencial. Consecuentemente se han tomado medidas para que las keirokai sean dedicadas a un sector de población de mayor edad con respecto al que había en el año 68, cuando comenzó la tradición. En otras palabras, que no nos estaríamos equivocando si dijéramos que la edad para ser considerado un anciano en Japón ha aumentado. Si bien antes se estimaba que un anciano era una persona que sobrepasara los 60 años, a día de hoy no pertenecería a la tercera edad hasta haber cumplido los 65 años.

Y otra de arena…

En contraposición con la celebración del keirokai en la cual se venera la figura de los ancianos, podemos encontrar en el archipiélago nipón una leyenda que viene a presentar el matiz contrario. Se trata de una práctica legendaria denominada ubasute 姥捨て mediante la cual las ancianas eran abandonadas a su suerte. Sus propios familiares se veían obligados a dejarlas morir en la montaña Kamakuri-yama 冠着山, la cual se conoce popularmente como Ubasute-yama 姨捨山 en Nagano. De esta forma la familia aliviaba la carga que suponía mantener a un pariente que ya no era productivo para la propia prosperidad de la familia. Incluso existen numerosas creaciones que ilustran esta leyenda, como por ejemplo la más célebre de todas ellas, el largometraje Narayama bushiko (1958) dirigido por Keisuke Kinoshita. En contraste y en un tono más optimista existe la película Ikitai 生きたい (Voluntad de vivir, 1999) del cineasta Kaneto Shindô 新藤 兼人, la cual refleja esa misma situación del ubasute pero trasladada a un presente que se corresponde más a la importancia y peso actual de la tercera edad en la sociedad japonesa de hoy. En los últimos compases de dicha película se muestra la voluntad de vivir de un anciano que se niega a terminar de leer el relato de Narayama bushiko 楢山節考, cuyo final cuenta la muerte de la anciana de Narayama. Así el protagonista de Ikitai se está negando a sufrir ese mismo destino. Por tanto, esto funciona como una metáfora que representa la autoafirmación y la reivindicación del anciano en la sociedad. La cuestión general que es tratada en la película es conocida como oyasute 親捨て, en referencia a esta mítica práctica pero sustituyendo el primer carácter por el de pariente o familiar  親 oya.

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El inicio de la democracia plateada japonesa

Esta idea fue ilustrada por Mitsuru Uchida en su obra Silver Democracy「シルバーデモクラシー」en la editorial Yuhikaku株式会社 有斐閣, especializada en publicaciones sobre derecho político. A grandes rasgos describe la idea de cómo la transformación demográfica que ha experimentado Japón en las dos últimas décadas con el rápido envejecimiento de su población también ha tenido repercusión en el panorama político del país. El cada vez mayor número de ancianos junto con el absentismo en las urnas electorales por parte de los jóvenes adultos ha llevado a que los resultados de las elecciones estén cada vez más influidos por la tercera edad. En un mundo en el que prácticamente todas las democracias se rigen a la norma de victoria por mayoría, el peso del grupo y rango de edad mayoritario es decisivo. El caso de Japón es especialmente acentuado, de hecho es el que más dentro del mundo político a nivel global. Los ancianos son influyentes y a su vez representan el objetivo principal de los partidos políticos que necesitan de sus votos. Según estudios del Fondo Monetario Internacional, Japón no sería un caso aislado dentro del panorama internacional, sino que se estima que para el ejercicio de 2020, existirán muchas naciones donde la mayoría de los votantes sean mayores de 50 años. Puede decirse que Japón es el primero de los países partícipe de una “democracia plateada”, pero que no se trata sino del primero de otros tantos.

Datos de mediados de 2015, provenientes de medios especializados en Japón, tales como The Japan Times, se hacen eco definitivamente de lo que ya es una evidencia: la población de Japón es, cada día que pasa, menor. Este decrecimiento poblacional se debe a una serie de factores que fruto de la preocupación social se han convertido en un objeto crucial para el futuro de la nación.

El número de personas por encima de los 65 años en Japón aumentó en 1.1 millones en el espacio de tiempo que iba desde 2013 a 2014. Sería imposible con un aumento tan desmesurado no percibir el cambio en la balanza poblacional que está experimentando el conjunto de la sociedad que habita convive en las islas japonesas. El propio gobierno japonés ha advertido que el ritmo de envejecimiento de la nación supondrá que para 2060 que el 40% de los habitantes tengan más de sesenta y cinco años y para dar una visión que represente con más rotundidad la gravedad del problema, el Ministerio de Salud y Bienestar calculó que si este ritmo de descenso de la población continúa resultaría que para el año 3000 la población de Japón se vería reducida a tan solo 500 personas. ¡Acojonante!

Quizás el dato anterior funcione como el más intimidatorio pero su postura lejana podría antojarse demasiado especulativa. Es mucho más probable que los datos o conclusiones trazadas desde distintos campos como la prensa o los estudios estadísticos que sean más útil manejar a corto plazo es el cálculo que estima que la población japonesa estará constituida por 105 millones de personas o que según algunos medios, como la BBC News, que se hicieron eco de esta alarma, la población se vería reducida en una tercera parte para 2060. En definitiva, todo este alarmismo no sólo se atiene a un envejecimiento poblacional, sino también a una baja tasa de natalidad, la cual junto con la larga esperanza de vida de los japoneses son las dos claves de esta problemática.

Haipaa agein o Hiper envejecimiento

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© Lee Chapman

No estaríamos muy equivocados si le diéramos a Japón la denominación de nación de ancianos, ya que el peso de este sector de la población resulta ser muy importante. Sin embargo, sería injusto, por otro lado que tuviésemos una visión por la cual Japón estuviese sufriendo esta transformación de forma aislada. La realidad es que ya existe un concepto que recoge la idea de una transformación, en este caso un envejecimiento poblacional, que están sufriendo la gran mayoría de los países industrializados del primer mundo. Dicho concepto es referido en inglés como hyper-aging society, en japonés haipaa agein ハイパーアゲイン. Esta idea viene a advertir que si bien Japón es un país clave en el estudio del envejecimiento mundial por su situación particular marcada por la larga esperanza de vida de sus habitantes y el subproducto de esto que es el envejecimiento poblacional, también causa de las bajas tasas de fertilidad, existen otros sesenta países más que padecen los mismos síntomas en este aspecto. La gran parte de estos países son aquellos industrializados donde las mediciones de las tasas de nacimiento resultan por inferiores a las de reemplazo. Dicho de forma más simple: existe una tendencia, más acuciada en este tipo de países, a que el total de defunciones no sea compensado con los nacimientos, para lo que se necesitaría que cada mujer diese a luz a 2,1 hijos. Naciones Unidas ha advertido del impacto que supone el envejecimiento de las sociedades en todo el mundo y ve en Japón y Europa zonas claves donde este fenómeno está dándose de manera más grave. En el caso concreto de Japón, las tasas de nacimiento eran altas en las décadas anteriores a la Segunda Guerra Mundial (1939-1945) y también lo fueron durante los baby-booms de posguerra. No fue hasta mediados de los 70 que las tasas de nacimiento cayeron por debajo de las de reemplazo, posiblemente efecto de las consecuencias que tuvo la crisis del petróleo en las unidades familiares.

Podría considerarse que Japón es algo así como una especie de líder dentro de una transformación de dimensión global que es la del envejecimiento de la población mundial. Japón ya es con toda seguridad un adelantado en cuanto a los estudios que se relacionan y se hacen cargo del tratamiento de esta situación y, como primer sufridor consciente, se configura como una nación que dominará y sacará provecho de la situación antes que las otras…

La brecha intergeneracional y económica. Wakamono versus roujin. El origen de la problemática…

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© Lee Chapman

La década de los 90, marcada por la fuerte recesión en el plano económico y los esfuerzos por superar esta crisis, ha sido el primer periodo de tiempo en el que se ha podido observar un rápido envejecimiento de la población, luego podrían considerarse como un momento clave en los estudios del envejecimiento poblacional en Japón. El impacto de este envejecimiento en la economía interna del país es directo si tenemos en cuenta la magnitud de los reajustes de presupuesto dedicado las pensiones de jubilación que ha de hacer el gobierno cada año. Una de las medidas más comunes es la de subir el salario de los trabajadores que cotizan para que puedan mantener con sus impuestos a la tercera edad y los gastos destinados a su jubilación. El desafío presupuestario se presenta como la preocupación prioritaria para los políticos en quienes residen las responsabilidades de paliar los reveses económicos que supone este envejecimiento poblacional.

A grandes rasgos los miedos que acucia la sociedad japonesa culpa de su envejecimiento son entre otros los déficits económicos y de personal, así como la pérdida de originalidad y capacidades para paliar los nuevos problemas que dicha sociedad tenga que enfrentar. Se teme un desequilibrio presupuestario ya que se incrementan los costos médicos por los mayores requerimientos en el tratamiento de pacientes ancianos, siendo dichos costos cubiertos con los salarios de la minoría joven. Va a darse por tanto una relación de dependencia entre el sector anciano y el resto de la población que tendrá, además, como consecuencia a nivel económico, caídas en la tasa de ahorro de la nación. Esto es, los jóvenes japoneses podrán ahorrar menos ya que una mayor cantidad de su salario será destinado, en forma de impuestos, a costear las pensiones de los ancianos, quienes por su condición de pensionistas y deseo de gozar de una jubilación plena tenderán a usar sus ahorros.

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© Lee Chapman

Esta relación de colaboración forzada y dependencia económica entre jóvenes y ancianos se torna a menudo, en el contexto social más práctico y cotidiano, en una batalla entre bandos a causa de las tensiones entre ambos. Jóvenes irritados y viejos cascarrabias: los kireru-wakamono キレる若者 y los aún hoy más frecuentemente denominados kireru-roujin キレる老人. Ambos bandos aumentan el personal de sus filas. Un estudio realizado por la cadena de televisión japonesa NHK del cual se hizo eco el periódico The Japan Times, recopiló datos que demostraron que el número de personas ancianas arrestadas por cargos de agresión era 48 veces mayor que hace en la década de los 90. Esto no solo nos permite trazar una relación directa entre el aumento de crímenes cometidos por ancianos, lo cual resulta obvio en el caso de una sociedad donde también hay cada vez un número mayor de ancianos, sino que además refleja la cada vez más creciente relación de tensión entre jóvenes y mayores japoneses. Los jóvenes a menudo a no leen las situaciones de la misma forma que lo hacen los ancianos quienes se sienten ignorados o insultados por los primeros. Los ancianos o roujin 老人 de hoy pasaron su juventud en épocas de rápido crecimiento económico e industrial y esta generación se diferencia mucho en sus valores de trabajo duro e igualdad social a los de los jóvenes de hoy en día. Estos últimos se consideran a sí mismos como sufridores del legado de los roujin a los que creen estar financiándoles un plan de pensiones(kokumin nenkin 国民年金) que ellos no van a poder disfrutar luego y que además tienen que habitar un país que se enfrenta a amenazas como la radiación nuclear y el terrorismo, o por extensión la posibilidad de que estalle una guerra. Ya sabéis, el reloj del fin del mundo y esas cosas que nos preocupan a los jóvenes.

Antes ha salido la expresión kireru キレる… Si uno consulta la base de datos online de Nihongo Zokugo Jisho(日本語俗語辞書), que se especializa en expresiones propias de los distintos argots del japonés, se nos define キレる como un verbo que al colocarse delante de un nombre viene a otorgarle cierto carácter de orgullo y resentimiento. En concreto hace referencia a las actitudes por las cuales las personas no controlan del todo sus emociones y expresan estas a través de la ira y que se indignan y enfurecen con facilidad porque piensan que están siendo perjudicados por el comportamiento y las actitudes de otras personas.

Dicha expresión comenzó a emplearse más comúnmente ya entrados los años 90. Hasta entonces se empleaba la expresión coloquial buttsun ぶっつん que entre otros usos y acepciones hace referencia a las situaciones por las cuales una acción o conducta no pueden ser llevadas a cabo con normalidad. Sin embargo, kireru キレる hasta entonces era empleada como parte de la jerga de bandas de delincuentes y también en publicaciones de manga políticamente incorrectos. En la década de los 90 es cuando se comenzaría a utilizar esta expresión de forma más común para calificar a los jóvenes que se indignaban y se enfurecían con facilidad, dentro del marco de la emergente ola de delincuencia juvenil que estaba experimentando Japón y que se convirtió en un problema en la sociedad de aquel entonces. Las razones para la crispación y el enfado de los jóvenes de la época se encontraban en los efectos secundarios de la recesión económica de los años 90, cuando la tasa de empleo bajó hasta un 65,6%, siendo el mayor índice de desempleo registrado en cuatro décadas. Los jóvenes tenían que convivir con la incertidumbre y el miedo al futuro, al ser conscientes de que en el presente infinidad de puestos de trabajos estaban siendo destruidos y los empleos de por vida que dotaban de seguridad a la clase media estaban desapareciendo. Existía un importante desapego con la clase política reflejado en estudios que alarmaban que tan sólo un 8% de los jóvenes estaban de acuerdo con dicha clase, además de que la abstención a participar del sufragio electoral fue de un 50% en jóvenes adultos.

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© Lee Chapman

En tanto que esta expresión de kireru es empleada a día de hoy para referirse principalmente a los roujin, resulta curioso como su contenido ha sido trasvasado desde el sector joven al anciano. El empleo es claramente despectivo para con los ancianos, al igual que lo fue con los jóvenes en su momento. Lo que sí es claro es que esto es indicativo de que se ha dado una transformación en los roles sociales de ambos grupos. Ideas asociadas con el comportamiento joven, como puede ser el carácter guerrero y de protesta contra la sociedad que es injusta con ellos, parecen estar fuertemente presentes en el sector anciano de la sociedad japonesa. Como un mundo al revés. Quizás la razón principal y más simple es directamente el envejecimiento que adolece esta población del chō-kōrei shakai, que supone un número mayor de ciudadanos ancianos en comparación, luego teniendo más peso social los ancianos que los jóvenes.

Es en el cambio hacia la nueva situación donde se comienzan a observar estos movimientos entre los valores y roles asociados a cada sector de la población y no es tampoco coincidencia que estas transformaciones sociales hayan tenido su resonancia en la política o en el mundo laboral. En este último también se acusa a los ancianos de no estar adaptados a los nuevos tiempo y perjudicar a los jóvenes. Os recomendamos echar un vistazo a estas entrevistas que hicieron el año pasado en el canal de YouTube llamado Life Where I’m From, donde puede verse más de un comentario en esta dirección por parte de trabajadores jóvenes japoneses.

Un círculo. Eso se me antoja. Un círculo vicioso que va desde el respeto a la diferencia. Desde el respeto al enfado y vuelta a empezar. Todos tienen la razón y todos tienen la culpa. Algo de esperar en una sociedad tan compleja como la japonesa, la cual algún día, seguro encuentra la solución a sus diferencias. Y vosotros, ¿qué opináis?

Fotografías cortesía de Lee Chapman, al que entrevistamos hace tiempo en acchiKei.com. 

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Masanori Ushiki y su diario de ilustraciones surrealistas

¿Quién demonios es Masanori Ushiki y qué me has echado en la bebida? Tranquilo, es cierto que tu Calpis Soda ha sido adulterado, pero el arte de Ushiki ya viene así de fábrica. En concreto de una «fábrica» que en realidad es un estudio en el barrio de Meguro en Tokyo. Masanori, nacido en 1981 oriundo de Niigata, abandonó la costa occidental de Japón para dedicarse por completo a su arte en la capital. En Tokyo terminaría sus estudios de Diseño e Ilustración en la Universidad de Arte de Musashino por allá por 2014 y, tras pasar por muchos trabajos, terminaría por convertirse en un artista cuyas obras han sido expuestas en numerosas galerías dentro y fuera del país. Ushiki ha realizado encargos para importantes empresas como la televisión NHK, Toyota, Converse, Vogue, Red Bull o Medicom Toy, esta última encargada de producir las figuras del famoso artista KAWS.

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Ushiki ha realizado encargos para marcas muy famosas como Converse.

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『Kappa』(2017)

Masanori con su arte pervierte, de una forma muy divertida y disfrutable, todos esos productos culturales procedentes del mainstream y que están muy presentes en los medios y en el subconsciente de las últimas generaciones de jóvenes japoneses. Superhéroes del cómic y del anime, mascotas de marcas populares, todo eso que nos ha influido cuando éramos unos mocosos y a lo que guardamos, muchas veces injustificada e incomprensiblemente, un rinconcito en nuestros kokoros. En definitiva, el arte de Ushiki es un ejercicio nostálgico que repasa y reinventa todo este espectro de residuos culturales que se alojan en nuestras cabezas. Es también la frustración de un espectador que se ve a si mismo bombardeado por referencias cuya interrelación es inesperada o absurda, en lo que representa a su vez el tipo de humor tan particular del que este artista hace gala.

Como estaba diciendo, Ushiki ha pasado por muchos trabajos y es precisamente esta constancia del esfuerzo y el trabajo la que le ha llevado a convertirse en el artista e ilustrador que es hoy día. Este artista japonés, dentro de su proyecto VISITORS ha realizado y publicado, desde agosto de 2016, una ilustración nueva y distinta en un Instagram abierto con este objetivo. No solo es cuestión de mantener activa una cuenta y así crear un flujo de actividad y presencia en las redes que permita que su trabajo sea descubierto por el mayor número de personas posibles. En el caso de Ushiki existe una necesidad del entrenamiento diario pero también de volcar en redes y comunicar a su público la gran cantidad de influencias de las que beben sus ilustraciones. Este proyecto diario de Ushiki, al cual os dejamos un enlace al final del texto, está constituido por retratos de personajes surrealistas que se inspiran en el manga, la ciencia ficción, la cultura popular o tradicional japonesa, así como en la obra y en los estilos de otros artistas a los que admira. Ushiki dice que para este proyecto basta con dedicar máximo una hora de trabajo a cada una de estas ilustraciones, ya que elaborarlas en exceso les haría perder su encanto.

 

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Estéticamente Masanori Ushiki no tiene pérdida. Con un estilo en consonancia con el manga, pero más ágil y desenfadado, últimamente podréis encontrarlo allá donde veais tinta negra sobre blanco. También practica y mucho el mundo del color con una paleta pop-psicodélica muy cercana a la de otros artistas japoneses como, por ejemplo, el mítico Keiichi Tanaami, Maya Nukumizu o Hideyuki Katsumata, por mencionar solo a algunos de sus paisanos. Hay que mencionar que Ushiki es un artista multidisciplinar que, aunque últimamente concentra sus esfuerzos en el diseño gráfico y la ilustración digital, también trabaja técnicas como el grabado y la escultura en madera.

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『young people2』(2017)

Al que le pueda interesar, Ushiki ha publicado recientemente un libro titulado VISITORS, que recoge todo este trabajo diario que hace en Instagram y que es la base de una exposición individual que bajo el mismo nombre ha sido celebrada en Tokyo. Actualmente, podéis disfrutar hasta el 2 de septiembre de esta exposición en Londres, en la Pocko Gallery, en lo que supone el debut del artista en Europa. Podéis encontrar más información en el sitio web de la galería.

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Sitio web.

Instagram de Masanori Ushiki.

Instagram del proyecto diario Visitors.

Podéis comprar su libro de ilustraciones Visitors aquí.

El pixel art de Yoshinori Tanaka. Una puerta entre lo real y lo virtual

 

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HARE no STAGE (2019)

Mucho ha pasado desde que Hokusai realizará su famosa serie de xilografías conocida como las Cien vistas del monte Fuji (1834-1849), pero su impronta continúa presente y ha sido heredada incluso por los artistas más inesperados. Yoshinori Tanaka, también conocido como EXCALIBUR, es un polifacético artista japonés que practica desde la escultura, al video arte, pasando por la performance y el diseño gráfico. Un día de 1978 nacería en en Kyoto y su descubrimiento del mundo de los videojuegos lo empujaría a crear y a enamorarse perdidamente del arte digital.

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Yoshinori Tanaka oculta su rostro bajo una máscara hecha de teclas de ordenador

 

Tanaka no es humano, no es como nosotros. Tanaka desmonta teclados de ordenador y los transforma en arte. Tanaka es también digital y puro pixel. Su arte pixelado, denominado en japonés como ドット絵 dotto-e, está inspirado por momentos de su día a día y por recuerdos que por algún motivo u otro han quedado impregnados en su memoria. Le gusta investigar la mitología japonesa e incluirla en sus obras filtrada a través de su particular lenguaje visual. Es estas también debate sobre los límites de los distintos campos de la cultura y cómo estos se entrelazan y se mezclan. Por ejemplo, las referencias a la cultura clubbing se funden con las que hace a la cultura otaku y todo ello producen un universo particular donde rosas y verdes, azules y rojos dibujan un paisaje que nos transporta, inmediatamente y de una manera peculiar, a un extraño mundo de videojuego de gusto añejo y con referencias al arte tradicional. Yoshinori Tanaka da el nombre de Street Ethernet Field a este concepto propio del juego de superposiciones y solapamientos que usa para inspirarse y aplica a sus obras.

“Los píxeles representan la cantidad de información más pequeña y son para nosotros la puerta de entrada y salida perfecta para saber lo que nos depara el futuro. Los pixeles son digitales pero nuestro cerebro no es consciente de ello. Tenemos que aprovechar ese juego con nuestra mente para poder conocer qué es realmente el mundo virtual y poder entrar por su puerta. Mi llave es el arte. El arte es mi espada”.

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Ondenbashi Shibuyagawa (2018)

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Nihonbashi yukihare (2017

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Oji shozoku enoki Omisoka no kitsunebi (2017)

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Azumabashi Sumidagawa Mukojimasen (2017)

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Ueno Shinobazu no ike (2017)

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Manseibashi Onarikaido kadokyo (2016)

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Setagaya ijigen yashiki (2019)

 

Antes mencionaba que Yoshinori Tanaka también es conocido como EXCALIBUR pero me estaba quedando corto. EXCALIBUR también hace referencia al nombre del proyecto colectivo que Tanaka ha fundado para reunir a más artistas que participen de este mundo del arte pixel intelectual desde aportaciones y acercamientos tan distintos como la música o la escultura. Juntos disfrutan creando un mundo pixel, donde cada artista pone su parte e influye y es influido por los demás.

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Tanaka, quien no solo se limita el pixel art, ha ganado premios como el Kyoto International Film and Art Festival 2017, Recycle Art Exhibition 2017 o el Machi-naka Art Design Contest Koenji en 2016. Ha obtenido segundos lugares en el Shibuya Pixel Art Festival de 2018, así como el 12th TAGBOAT AWARD 2017. Durante 2017 recibió la importante beca de la Fundación Fukutake. Ha participado en más de veinte exhibiciones, algunas de ellas fuera de Japón como es el caso de la propia en el Urban Art Fair celebrado en París durante 2018 o la expo Tokyo Neo Pop en la DD Gallery de la misma ciudad este 2019.

Una cosa más antes de invitaros a seguir continuando del arte de Yoshinori Tanaka. Os recomendamos que le echéis un ojo al recién lanzado libro Pixel Vistas: A collection of Contemporary Pixel Art, cuyo título original es ピクセル百景 現代ピクセルアートの世界 Pikuseru hyakkei: gendai pikuseruāto no sekai o que traducido al castellano quedaría como Cien vistas pixel, en lo que supone una referencia directa al maestro clásico del ukiyo-e Katsushika Hokusai. En este delicioso y colorido libro, nuestro artista aparece recogido, junto con muchos otros, como uno de los más influyentes dentro de este género del arte pixel. Podéis comprarlo aquí, a través de Amazon Japan. Solo se encuentra disponible en japonés.

Podéis seguir el trabajo de Yoshinori Tanaka en su Instagram, Facebook y página web.

 

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CRITICAL HIT (HIROSHIMA) (2019)

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PRAY THE GAME (2018)

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CRITICAL HIT (NAGASAKI) (2010)

 

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TODAY (2017). Lámpara de mesa realizada con teclas de ordenador.

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NEO-THE-O (MECHATOPIA) (2013). Bola de discoteca hecha con teclas de ordenador.

Imágenes cedidas por el artista.

Turismo por el Japón de la música electrónica con el documental ‘Japan City Guides’

La célebre y británica plataforma musical Resident Advisor, junto con con el apoyo y producción de la JNTO – Oficina Nacional de Turismo de Japón, han elaborado una campaña turística magnífica para el país nipón tomando como elemento fundamental la música electrónica japonesa, sus músicos y los espacios que esta ocupa en distintas ciudades del archipiélago.

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La relevancia de la música electrónica japonesa

La música electrónica es a menudo sinónimo del mundo nocturno. Y me atrevo a afirmar que Japón, que puede ser considerado padre de la técnica de este tipo de producción musical, es sinónimo de música electrónica. Al terminar la Segunda Guerra Mundial, Japón tuvo que lidiar con el yugo de la ocupación estadounidense y su intervencionismo en la política e industria del país. La economía fue reconducida hacia la producción industrial y tecnológica en un importante porcentaje. Este episodio socialmente traumático de la historia japonesa definiría muchas de las características que a día de hoy son tradicionalmente atribuidas a la sociedad japonesa. Esto es, su convicción por un desarrollo tecnológico que facilite la vida y que esté al servicio de las personas.

Este periodo sería clave para el florecimiento de muchos movimientos artísticos colectivos como Gutai o High Red Center, el surgir de nuevas formas de danza como lo es el butou y por supuesto, la transformación de la música con la adopción de estilos occidentales. Este largo periodo de posguerra sería testigo de los primeros momentos de la música electrónica japonesa. El elemento que marcaría el antes y después en la música japonesa sería el theremin, desarrollado en los años 20 por el ruso Léon Theremin y que es considerado como el primer instrumento de música electrónica de la historia.

El gobierno japonés, bajo la supervisión de Estados Unidos, llevaría a cabo campañas de apoyo a la música invirtiendo en el desarrollo de instrumentos musicales de alta calidad. A día de hoy Japón cuenta con numerosas marcas punteras en la fabricación de instrumentos musicales cuya alta calidad es reconocida en todo el mundo. Un destacado compositor japonés llamado Minao Shibata (1926-96) escribiría diversas publicaciones sobre el futuro de la música y sus instrumentos y como si de una premonición se tratase, Akio Morita, cofundador de Sony poco tiempo después se convertiría en el padre del G-Type, que se constituye como primer dispositivo electrónico moderno de grabación de sonido en cintas. Shibata, haciendo uso del G-Type fundaría el que se considera el primer grupo de músicos que comenzaría a experimentar con la electrónica. Tampoco sería comprensible la existencia del techno ni la electrónica moderna si no hubiera tenido lugar la empresa japonesa Roland con sus secuenciadores TR-303 y TR-909 o Korg y Yamaha con sus sintetizadores y teclados electrónicos. En definitiva, estos elementos son un importante legado para la fundación y posterior desarrollo de la electrónica japonesa y su repercusión permitió la evolución de este género en el resto del mundo.

Hoy, los artistas y músicos de electrónica japoneses, después de la crisis del clubbing en Japón durante los 2000, reciben un cada vez mayor reconocimiento internacional y algunos de ellos se consideran verdaderos embajadores y paradigmas de ciertos subgéneros dentro de este espectro musical. No es momento en esta entrada de nombrar ejemplos concretos, ya que son muchísimos, pero sí de tener en cuenta que el revival del club y del techno en Japón progresa más que adecuadamente y que tiene un futuro asegurado. Otra faceta que hace especial a la música electrónica japonesa es la profunda y paulatina hibridación de esta con otras artes. Japón es un país puntero en lo que se refiere a la combinación de música y arte digital y nadie discute eso cuando atendemos a figuras como Ryoji Ikeda, Itaru Yasuda, Hiroaki Umeda o Daito Manabe, por mencionar tan solo a unos pocos.

Adios fueiho. Hola música

Atrás quedaron los tiempos donde se vendía la polémica de las prohibiciones relacionadas con la Ley de Moral Pública o Fūzoku Eigyō Torishimari Hō, comúnmente abreviada como fueiho. Bailar en Japón no es ilegal como muchos medios sensacionalistas quieren continuar transmitiendo, acentuando casos aislados, simplificando gravemente una situación cuanto menos compleja y magnificando de forma poco realista los contenidos de una ley que atiende más a asuntos relacionados con la explotación sexual, el juego y las apuestas o el narcotráfico. Hoy, desde el gobierno japonés y su Oficina Nacional de Turismo se reivindica la escena clubbing del país y se pone en valor la calidad de la música de sus artistas.

Por otro lado, la escena del clubbing en Japón, que tuvo su mayor exponente en los 80 y 90 y que está viviendo actualmente un verdadero resurgir con la nueva ola del dance y del techno, es sana, y rica, y aunque la fueiho no ha desaparecido completamente la policía tradicionalmente ha hecho la vista gorda en aquellos lugares donde las personas simplemente acuden a disfrutar de la música, beber algo y a mover un poco los pies. Es absurdo pensar que fueiho es una ley relevante para la merma de este tipo de actividades cuando Tokyo y Osaka son verdaderos referentes mundiales de la electrónica. Es cierto que la polémica existió, que movilizó a muchos músicos y que fue origen de un intenso debate pero, en la práctica real, la problemática se presenta cada vez más resuelta y la discusión algo desfasada.

¿Qué es Japan City Guides?

La célebre y británica plataforma musical Resident Advisor, revista esencial para todo aficionado a la electrónica y punto de venta de entradas para sesiones en todo el mundo, con el apoyo y producción de la JNTO u Oficina Nacional de Turismo de Japón, cuya sucursal española se inauguró en 2017, han perpetrado una magnífica campaña turística para el país nipón tomando como elemento fundamental la música electrónica y los espacios que esta ocupa en distintas ciudades del archipiélago.

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La propuesta Japan City Guides reúne a cuatro artistas japoneses, todos ellos músicos de electrónica de gran reconocimiento fuera y dentro de Japón. Cada uno de ellos nos guía por locales de moda o de culto dentro del mundo de la música electrónica japonesa y que son también representativos de la escena club de cada una de las ciudades por las que nos hacen de guías. Tokyo, Kyoto, Osaka, Sapporo y Nagoya son las ciudades a las que viajamos como turistas musicales en una serie de cuatro pequeños documentales en YouTube a través de los cuales los músicos protagonistas nos cuentan curiosidades,  nos descubren lugares desconocidos y alternativos o nos presentan a los dueños de estos templos de la música electrónica en Japón.

Quizás el más reconocido a nivel internacional de los participantes de Japan City Guides sea AOKI takamasa. Podríamos considerar a Takamasa como el artista y embajador japonés del Intelligent Dance Music o IDM. El IDM es un género de vanguardia y experimentación que presenta un gusto por las melodías quebradas y los acordes disonantes. Nacido en Osaka, Aoki Takamasa busca expresar con su música (y fotografía) la naturaleza del ser humano y el conflicto entre cuerpo e intelecto. Actualmente colabora con la banda de rock alternativo Sakanaction, así como con la firma de moda Anrealage, para quienes realiza el diseño de sonido para sus desfiles en las pasarelas más importantes del mundo. Experimental en el sonido y fascinado por la vanguardia y los retos que depara el futuro, AOKI takamasa, nos guía por su particular y musical Osaka. Takamasa destaca el carácter de las gentes de Osaka como uno de los más peculiares del país «en el buen sentido» según sus palabras. Defiende la creatividad de su tierra y cómo Osaka siempre se muestra abierta e interesada por las vanguardias, no solo en el sentido musical. Su parte del documental es casi como estar una cita íntima con el artista. Nos toma de la mano y nos lleva al peculiar Compufunk, su tienda de discos y sala de conciertos con pizza casera favorita de la ciudad. Incluso lo acompañamos a echar unas carreras en unos karts para después mostrarnos el mítico Circus, uno de los mejores clubes de techno de la ciudad. También visitaremos Kyoto, de la cual Takamasa destaca su rica cultura underground y la presencia de locales destinados a la música electrónica experimental y de culto.  Nos descubrirá allí un curioso y desconocido garito llamado Soto, regentado por la banda de música experimental Kukangendai y la subterránea galería de arte Y Gion que durante la noche se transforma en un moderno club de electrónica.

 

Más Japan City Guides

Lo anterior es solo una muestra. En Japan City Guides también conoceréis Tokyo de la mano de la DJ Akiko Kiyama, Sapporo junto a DJ DYE o la escena de Nagoya junto a Takahide Higuchi, aka Foodman. Desde acchiKei.com os animamos muy fuerte a que veais los documentales. Se trata de un trabajo con un nivel de producción muy fino y altamente disfrutable, con valor cultural y sobre todo de interés turístico para todos aquellos que busquen lugares donde poder vivir y disfrutar la electrónica en Japón.

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Podéis hacer clic aquí para visitar el sitio web oficial de Japan City Guides, donde encontraréis el resto de vídeos y listas de reproducción de Spotify creadas por los músicos protagonistas y que buscan ilustrar la atmósfera que les inspira cada ciudad.

Sitio web de Resident Advisor

Sitio web de la Oficina Nacional de Turismo de Japón