Hay un dúo madrileño de chiptune ruidista que lleva la palabra samurai en su nombre y que han tocado ya unas cuantas veces en Japón. Los miembros de este grupo parecen extraídos de un submundo descartado de Katsuhiro Otomo e insertados en otro de Q Hayashida, en plan Dorohedoro. Son como una peli japo de Pinky Violence, pero en sentido literal. Son como el lanzamiento de una Game Boy que impacta sobre tu mejilla y te parte la cara. O como una partida al King of Fighters que acaba mal. Quizás como el negativo de una folclórica cyberpunk. O como un reniego total. Son Super Busty Samurai Monkey y SBSM son sus siglas. Que no es lo mismo que BDSM… Aunque también hay un poco de eso. Yo que sé. Olé. ¡NO!
Hajimeyou…!
“Mona Samurái Súper Tetona”, WTF?!XD. ¿Es una mezcla de palabras al azar o una especie de yokai (fantasma) japonés que hayáis visto una noche de pedo? ¿Cómo nace Super Busty Samurai Monkey? ¿Fue algo buscado o un accidente?
SBSM: ¡En realidad es una parodia de los grupos de chiptune! ¿El nacimiento de SBSM? Es un «accidente buscado»… porque nos aburrían mucho los abuelos del rock.
¿Sabéis el garito que sale al principio en la peli de Akira? Ese en el que vendían las “píldoras letales”? ¿Podéis desmentir que hayáis tocado allí alguna vez? ¿Hubo pogo?
SBSM: Lo cierto es que sí que hemos tocado allí. Está en Shimokitazawa. En ese garito la gente no hace pogo pero te ofrecen drogas con mucha educación. También había un cocinero guay.
Japón es un país muy poliédrico y multifacético. ¿Qué es lo que más os atrae a vosotros de su cultura/subculturas? ¿Qué porcentaje podría decirse que tenéis de otakus sudorosos? ¿Hay algún manga o anime que inspire vuestra música o que os haya marcado de alguna otra forma?
SBSM: De la cultura japonesa nos gustan las cacas rosas, la cadena de hamburguesas MOS Burger, los Daiso de Todo a 100 yenes, las sintonías musicales que ponen en las estaciones del Metro y que no haya papeleras.
Nuestra teclista dice que los otakus son unos pringaos y que la verdadera alta cultura japonesa está en las Super Sentai de color rosa.
Nintendocore, chiptune, EBM, noise, postpunk de 8 bits y todo junto. A los críticos les mola mucho jugar a encasillar en géneros y tal, pero con Super Busty Samurai Monkey es bastante complicado. ¿Vosotras cómo os definiríais?
SBSM: Somos lo que hubiese hecho La Niña de los Peines si hubiesen consolas en su tiempo. La gente del nintendocore es muy fea.
SBSM dando cera durante la presentación de VIII en Rock Palace Madrid
Vik a los micros y el éxtasis de Sara
En cualquier caso, lo que está muy claro es que sacáis todo el partido y contundencia a la pequeña Game Boy. Escuchar vuestra música y directos es como entrar en unos recreativos tochos de una Akihabara distópica, pero con más psicotralla y violencia. ¿Hay algún juego japo de BSO 8bitera que os guste mucho?
Gracias al crowdfunding habéis tocado dos veces en Japón y en barrios de Tokio tan guapos como Musashi o también Koenji, famoso por la resistencia de su escena punk. Vuestros conciertos resultan en pogos, bebidas por los aires y rodillas partidas… ¿Cómo vivieron los japoneses vuestros directos y qué tal fue la acogida? ¿Qué os moló de la escena underground del chiptune allí?
SBSM: Son muy mansos y educados, hasta que beben. Entonces te abrazan mucho. Nuestra mejor experiencia fue la de tocar con unos tipos cuyo contrabajista acabó desnudándose, dándose una ducha en medio de la pista y finalmente volcando un cubo de basura en el suelo para meterse dentro.
Lanzasteis en 2018 un vinilo compartido con la banda japo de surf garage The Poseidons, vuestros aliados en Tokio. ¿Cómo surgió la oportunidad de hacer este EP The Poseidons VS Super Busty Samurai Monkey?
SBSM: Los conocimos y se nos ocurrió, pero como esa historia no tiene gracia y no nos importa la veracidad de las cosas, vamos a contaros que sedujimos a la hermana de uno de ellos y que es un regalo de boda.
Portada del EP en colaboración con la banda japonesa The Poseidons
¿Os gastasteis la pasta del crowdfunding allí en Japón en gashapones y bragas usadas tal y como dicen las malas lenguas?
SBSM: ¿Cómo que malas lenguas? ¿Quién querría ir a Japón por cualquier otro motivo? Aquí una lista de cosas reales que nos compramos con la pasta que sacamos del crowdfunding:
Un robot rosa de una idol que no sabemos quién es…
Una caca musculosa pinchada en un palo.
Tres Power Rangers amarillas y la dependienta de la tienda pensó que era broma.
Un tatuaje de la moto de Kaneda.
Una guitarra rosa con nariz de cerdo.
También fuimos al Hooters.
En muchas reviews os asemejan con la mítica banda japonesa Melt Banana y nosotros estamos encantados con este parecido. ¿Los habéis visto alguna vez en directo? ¿Algún otro grupo japonés del rollo que os guste o lo vuestro es más la copla, el flamenco y el hardstyle? ¿Os animareis alguna vez con alguna canción cantada en japonés?
SBSM: Vimos a Melt Banana en Madrid hace unos tres años y lloramos. Nos gustan muchos grupos japoneses, como Polysics, Plastics, Yellow Magic Orchestra, etc ¡Pero como Melt Banana ninguno!
Hemos intentado hacer canciones en japonés pero les respetamos demasiado como para hacer el ridículo porque hablamos mal la lengua.
En más de una ocasión os hemos escuchado insultar al público durante vuestro conciertos. Seguramente se lo tengan merecido. ¿Cuántos insultos en japonés sabéis? Os dejamos buscar en Google Translator.
SBSM: En un concierto intentamos aprender a decir «cabrón» en japonés, pero no se reían. En el fondo somos buena gente… Lo que sí aprendimos es a decir 大丈夫 daijobu cuando nos hacíamos daño.
¿Podéis hablarnos un poco de VIII (Ocho), vuestro nuevo disco? Hay temas como Carpanta y No, que tienen videoclips made in Japan. ¿Algún proyecto en un futuro negro cercano?
SBSM: Carpanta es una de las primeras canciones que hicimos, tendrá unos 10 años. VII es el final de la trilogía (los anteriores fueron 7 y 12), y grabamos cosas en Japón porque era nuestra obsesión desde el principio, ir allí con el grupo. Lo hemos sacado con detalles en rosa porque es un color muy violento. Como nosotras. Como proyecto futuro.. siempre quisimos hacer un disco de flamenco y bacalao. Y sí, siempre estamos buscando a algún pringado que nos pague alguna idea estúpida.
El diseñador e ilustrador Kazu! nace en Valencia en 1997, donde reside y está terminando los estudios de Diseño y Tecnología por la Universidad Politécnica de Valencia. Desde pequeño ha sido un enamorado de Asia y todas sus culturas. Como para muchos, su primer contacto con el continente asiático fue a través del mundo japonés y las series de anime que de pequeño veía en la tele. Una cosa llevó a la otra y rápidamente se interesó por el manga. Empezó por Saint Seiya y así puso rumbo hacia distintos géneros y estilos; desde las macarradas de Air Gear hasta el costumbrismo de Yotsuba. Por aquel entonces, nuestro amigo Kazu! pensaba que no era humanamente posible dibujar tan bien y se quedaba horas alucinando con las viñetas. Sin embargo, hoy en día poco tiene que envidiar a muchos artistas concept y mangakas de renombre. El particular estilo de sus paisajes cyberpunk, los robots mecha, así como sus personajes adorables y cañeros salidos de una distopía futurista, han hecho que se gane los sobrenombres de “La Rosalia de los Otakus” o “El Hijo Bastardo de Tsutomu Nihei”. Bueno, esto de los sobrenombres no es verdad. Ah, también le gustan mucho las motos. Y los gatos. Ambas cosas. Mucho : ).
Comenzamos…!
Koyaku02火薬
¿Cómo empezó todo?
De pequeño me gustaba mucho diseñar casas y objetos mecánicos. Realmente fue el manga de Air Gear de Ito Ogure el que me marcó y muchísimo. Una de mis aficiones era ir a la biblioteca a medio día con un amigo a dibujar cómo sería nuestra casa cuando fuéramos mayores. Pero no me tomé en serio lo de dibujar hasta más adelante, cuando empecé a introducir mis aficiones dentro de mis dibujos: el diseño de robots y vehículos, las culturas orientales o la arquitectura japonesa. Ahí me di cuenta de que necesitaba aprender muchas otras ramas del cómic como lo son la anatomía, el color, la narración… Después entré en la universidad y me empecé a relacionar con otros artistas de los que he aprendido un montón de cosas.
Viñetas del manga Sky
Para ser tan joven has realizado un buen montón de proyectos…
A día de hoy he participado en la preproducción del manga americano Jinnbots, he colaborado en algunos fanzines y me he autoeditado otros muchos. También trabajé para la parte gráfica de un videojuego titulado Murakami. Por otro lado, me encuentro ahora mismo encargado del arte conceptual para el juego de mesa de ORA Critika, y estoy supervisando la futura revista de cómic y cultura cyberpunk GRAFENO, en colaboración con otros artistas españoles. Procuro apuntarme a todos los eventos y ferias que tengan algo relacionado con mi trabajo e intento mantenerme lo más activo y subirme a todos los carros posibles. Creo que conocer a gente con gustos similares a los mios es de las mejores experiencias de la vida y que más me ayudan a desarrollar mi estilo y técnica.
/hell!Diseño de personajes para el videojuego Murakami
Ok, cyberpunk pero, vemos mucho más. ¿Cómo definirías tú tu propio estilo?
En cuanto a mi estilo, al final es una mezcla muy rara de miles de cosas. Desde pequeño me di cuenta de que me gustaba todo lo que tenía que ver con el manga, Japón o los robots. Aunque mi estilo pueda parecer que tire al shonen por la estética y diseños cyberpunk, creo que no hay nada más alejado que eso. Cuando cuento historias, prefiero mil veces narrar una buena comida en compañía que una pelea en el desierto, o el día a día de dos amigos a un ninja haciendo conjuros. Creo que esto se debe a que nunca me he interesado mucho por los mangas o animes populares. Disfruto tanto ilustrando casas y templos japoneses, como lo hago dibujando mascotas kawaiis o diseñando motos y vehículos. Si tengo que hablar de influencias, en cuanto a estilo cyberpunk y futurista tengo clarísimo que hablaría de todo el increíble universo de Josan González (DeathBurger), de cualquier viñeta de Tsutomu Nihei (Blame!) o del vastísimo arte conceptual de cualquier entrega de Ghost in the Shell, en especial al manga original de Masamune Shirow. Pero en cuanto a narración y estilo gráfico tengo otros referentes: mi trazo bebe mucho de la soltura de Taiyo Matsutomo; el uso de las perspectivas exageradas de Ito Ogure; y las perspectivas y la arquitectura detrás de cada viñeta de Katsuhiro Otomo. En cuanto a narración podría hablar de muchísimos otros pero, básicamente cualquier cosa que disfruto viendo/leyendo intento guardármela y adaptarla a mis dibujos y mis guiones. Pienso que la mitad del proceso creativo consiste en investigar, nutrirse de otros autores y pulir mucho las ideas y los recursos. Luego lo que queda es simplemente dibujar y para eso lo que se necesita no es otra cosa que practicar.
Escenario para el videojuego Murakami
Splash-page del manga Daoko
Ilustraciones Fanart Mechatober
El ilustrador Kazu! posando sonriente
¡Gracias, Kazu! No dudéis en seguirlo a través de su web, Twitter e Instagram.
Entrevista realizada por Elena Manrique y José Fernández.
Este genial dibujante nos comparte que comenzó a interesarse por el dibujo gracias a la influencia del anime. Sus cuadernos de instituto alternaban entre una página de apuntes por otra de bocetos y garabatos. A base de fundir cuadernos se convirtió en un maestro de la estética y de la técnica del manga y decidió estudiar arte para perfeccionar sus habilidades.
Nuestro artista se dice admirador de la obra literaria de Goethe y de la pictórica de Van Gogh, de quienes opina que existe un nexo común artístico en la manera en la que ambos expresan sus emociones. Por otro lado, es un estudioso de la obra del renacentista Michelangelo Buonarroti y le encantaría colaborar con él si se inventase la máquina del tiempo en algún momento.
Sin embargo, sus ilustraciones están muy lejos de cualquier cosa que todos estos creadores hubieran podido imaginar en su tiempo. Su obra es un recorrido que homenajea a personajes procedentes de animes y mangas muy populares con la particularidad de que sus actitudes y vestimentas han sido traídas a contextos propios de la moda urbana y joven actual. Sus ilustraciones suenan a vaporwave, a nightcore y a trap. Este último género, junto con su hermano mayor el rap, es otra de las influencias principales de GOATHE, quien ha dedicado ilustraciones a artistas como Billie Eilish, Post Malone o Kendrick Lamar. GOATHE resulta en una especie de extrapolación del cada vez más común “diálogo” entre el capitalismo de las grandes marcas y el arte que, por ejemplo, artistas japoneses como Takashi Murakami han puesto en práctica en la últimas dos décadas.
Cuando sea mayor le gustaría ser cómo Eikichi Onizuka, protagonista del mítico Great Teacher Onizuka del autor Tōru Fujisawa. Si GOETHE tuviera que elegir a un solo personaje de anime sería Onizuka el que se alzase sobre todos los demás. En su opinión, este personaje posee un carisma, un sentido del humor y una inteligencia muy especiales, que lo convierte en un protagonista único. Esto le hizo dedicar a Onizuka a una serie completa de ilustraciones a modo de homenaje.
Goethe no es un simple ilustrador, es un tío solitario al que le gusta reflexionar sobre lo que supone ser creador y artista en la sociedad actual. Conoce las dificultades de este tipo de vida y quiere tener un mensaje con los artistas que están empezando y pasando por momentos de crisis. “Comprende la diferencia entre pasión y pasatiempo. La pasión no consiste en descubrir lo que te gusta, sino que está en aquello por lo que serías capaz de sufrir por continuar haciéndolo”.
Aunque aún no ha realizado ninguna exposición formal ni ha colaborado de facto con ninguna marca, esto es solo cuestión de tiempo. Las redes de GOATHE echan fuego y acumulan a miles de seguidores, entre los que incluso se encuentra el ya mencionado y reconocido artista Takashi Murakami.
Este ansia por utilizar la calle como si de una galería se tratara, indudablemente nació en mí tras intercambiar unas palabras con cierto artista. Un día, antes del comienzo de una presentación pública de una exhibición de Takashi Murakami, esta persona me dijo cosas como: “¡Tus creaciones son puro hip-hop! ¡Son muy de la calle! Tienes que llevar tu arte a los espacios públicos para mostrar abiertamente y de forma explícita estos tabúes sociales. El que sean pegatinas lo hace mucho más callejero. ¡Me encanta!”
Sus comentarios me pillaron por sorpresa. Luego en casa busqué quién era esta persona y cuando descubrí que era un fotógrafo super conocido y yo había estado hablando con él como si fuese un don nadie, hasta me entraron sudores fríos [risas].
El encuentro que tuve con este fotógrafo definitivamente marcó mi camino dentro del arte. Por aquel entonces yo no conocía a Banksy o a Jean René (JR), ni mucho sobre otros grandes artistas callejeros.
¿Sexualizar nombres de marcas es un un simple juego de palabras o una crítica punk y anticapitalista a la dictadura marketiniana de las grandes corporaciones?
Aunque, excepcionalmente, sí que fue un poco intención de insultar cuando modifiqué el famoso I’m lovin’ it de McDonalds por I’m lovin’ shit. Es algo personal, no es que no me guste McDonalds, es que siempre que voy me quedo con hambre.
En definitiva, podría decirse que, por lo general, no pienso mis diseños con la única intención de expresar mi propia opinión.
Mi actividad no se basa en una actitud contraria respecto al capitalismo. Mientras no se detenga el constante nacimiento de nuevos objetos de inversión, este es un sistema que no puede evitarse. Sin embargo, el arte participando de esto como otro objeto más, ¿acaso no puede aprovecharse, chupar del bote y así conseguir financiación y desarrollarse? Intento que toda esta mecánica capitalista sea compatible con mi necesidad de expresar la rabia y el odio que llevo dentro, que no tiene límites, como tampoco los tiene el capitalismo. En definitiva es un punto en común entre las dos cosas… Últimamente le he estado dando muchas vueltas a esto.
El punk es otro de mis recursos favoritos. No tanto para destruir el sistema y derrocar a las grandes corporaciones, si no porque me permite crear cierto impacto en el espectador, poner el mundo patas arribas y arrasar con todo. Además, me encanta el indie punk y la energía que transmite… ¡El pueblo tiene el poder!
La censura es un tema muy recurrente en tus diseños. La pornografía japonesa censura los genitales, las policía cubre con un paño las esposas de los criminales, y temas como la orientación sexual es un tabú todavía común.
Todo el mundo conoce el tema de la censura de los genitales en Japón, ¿verdad?
Es curioso que hoy en día la situación llega al punto de que en la televisión japonesa escuchamos constantemente la palabra “polla” sin ningún problema, pero en el momento en el que alguien dice “coño” esa persona queda para siempre marcada como grosera y vulgar.
¿De dónde viene este puto sexismo? Dilemas así me llevan a crear obras que respondan a este panorama sin sentido.
Soy una persona que odia los chistes sexuales fáciles, sin gracia ni fundamento. Cuando alguien, por ejemplo, pronuncia en voz alto el nombre de mi obra Bikkurimanko, disfruto pensando en cómo, de repente, ya nunca más podrá pensar en Bikkuriman de la misma forma. (Bikkuriman «Amazing Man», al convertirse en Bikkurimanko pasa a significar «Amazing Pussy»).
¿Es realmente el pueblo japonés tan sensible como creemos? ¿Solo nos queda la escena underground? ¿Serán los ciudadanos de Neo Tokyo más libres de expresar sus opiniones algún día?
Esto es un poco extraño… pues todos somos personas y estamos hechos de la misma materia, ¿no?
El color de piel, las aspiraciones personales, las tendencias sexuales, el salario, cualquier aspecto que nos distinga nos convierte en objeto de discriminación o crítica. Basta echarle un vistazo a los comentarios destructivos en las redes para darse cuenta de que los japoneses disfrutan con el sufrimiento ajeno. También se dan casos en los que se persigue a las personas por simplemente decir lo que de verdad piensan. Los acosadores deben tener una vida realmente aburrida.
Me pregunto si en otros países ocurre lo mismo. Las personas que critican tanto deberían empezar por sí mismas. De todas formas, quiero creer en un futuro donde cada uno pueda expresar libremente sus opiniones y pensar que este tipo de sociedad destructiva del internet es simplemente un ligero zumbido procedente de una tormenta lejana.
Kurutte ii tomo! 狂っていいとも! (¡No hay nada de malo en volverse loco!) es tu lema más recurrente ¿Qué es lo mejor de volverse completamente loco?
Creo que todo ese estrés psicológico era la razón principal por la que me encontraba tan anímicamente destrozada.
Aparte del coñazo que acabo de soltar, también comencé a beber alcohol y fumar yerba en clubs y así, colocándome y volviéndome loca echaba fuera toda las mierdas que tenía en la cabeza. A veces pienso que tendría menos preocupaciones y viviría más tranquila en el espacio exterior [risas].
El tema de la yerba… es ilegal en Japón, aquí eso no podría contarlo… [risas].
El celebérrimo Akira de Katsuhiro Otomo nos mostró un posible escenario que a todos nos hizo reflexionar y que cambió nuestra percepción del futuro ¿Cómo te transformó a ti?
No sé si ha cambiado o no la forma de pensar sobre el futuro pero, suponiendo que este manga tiene algún tipo de fuerza o poder, aprendí que su principal potencial era el del impacto de su enorme fuerza psicológica y emocional. Esta idea del apocalipsis y el final del mundo que parece inevitablemente conectada con la percepción del futuro, en Akira es, paradójicamente, super emocionante. ¿Qué será lo próximo? ¿Hacia dónde nos conducirá esto?
La energía nuclear a día de hoy es un territorio que todavía sobrepasa el entendimiento humano. Por ejemplo, en el futuro que propone el anime Ghost in the Shell: Stand Alone Complex la humanidad ya posee la tecnología capaz de extraer la contaminación radiactiva, pero no en nuestra realidad actual. Algún día me gustaría trabajar con esa idea como concepto. (Bueno, me estoy yendo un poco del tema).
En cuanto a la política, no se trata solo del primer ministro Abe, si no de todos aquellos partidarios de políticas estúpidas del tipo: “¡Vamos a construir centrales cerca del mar! Puede salpicar un poquito de radiación pero, total… ¡Si la vertemos al agua nadie se dará cuenta!”. Todo esto se hace siempre a espaldas del ciudadano, al que se le ocultan todos los detalles y consecuencias.
Mi obra APE que toma la imagen de Shinzo Abe tampoco conlleva mi oposición hacia su gobierno, sino poner sobre la mesa el encubrimiento de sus intentos por recuperar el poder militar de Japón. (En 2014 se aprobó la revisión de la ley del Tratado de Seguridad entre Japón y EEUU para que las Fuerzas de Autodefensa de Japón pudieran volver a tener capacidad de ataque, la cual perdieron tras la Segunda Guerra Mundial con una constitución redactada por las Fuerzas de Ocupación americanas.
Este es un hecho histórico.
Hay más gente que hace el mismo juego de palabras y se refiere a Abe como “mono” APE y por eso lo utilicé para esta obra. No se trata de una serie anti Abe por mi parte. Aunque quién sabe, todo depende de si me gustan o no las políticas que vayan haciendo.
La censura es algo que siempre tengo que tener en cuenta a la hora de elegir el contenido y la forma de mis obras. En un futuro quiero crear algo que sea capaz de abrir la mente de las personas sin antes tener que pensar o preocuparme por los límites entre derechos de autor y copyright. Mientras más opresión y limitaciones se impongan, mayor tiene que ser la dureza y respuesta del mensaje en las obras. Creo que nunca voy a querer cambiar el hecho de que mis diseños siempre cuestionen los estándares de la censura.
Aunque si llego al punto de que me quieran meter en la cárcel lo mismo me lo pienso y pido perdón.
Hemos visto que te gusta Joan Cornella. ¿Algún otro artista español que te guste? No importa si está vivo o muerto.
En 2019 alcanzaremos el año en el que transcurre la historia de Akira en Neo-Tokyo. Me gustaría volcarme con esta temática y colaborar con Katsuhiro Otomo, sacando una línea de condones bajo el lema ¡¡¡Hijo de puta, tienes el pene infectado, ponte un puto condón!!! (ゴムをつけろよチンカス野郎!!!) [risas].
Ya puedo sentir el éxito [risas].
Puedo imaginar también un gigantesco pene erecto surgiendo de la explosión que destruirá Neo-Tokyo… ¡Ah! y también quiero construir en Osaka, en frente de la Torre del Sol de Okamoto Tarō, mi obra Pene por la Humanidad y Armonía… ¡Un pedazo de miembro de 70 metros de alto! [risas].