¿Por qué Japón en su Historia de la editorial Satori es la next-gen de los libros de historia japonesa?
Antes de nada. Este post va sobre un libro que cuenta TODA la historia de Japón. Se titula Japón en su Historia: De los primeros pobladores a la era Reiwa y lo edita Satori. Sus autores son Andrés Pérez Riobó y Gonzalo San Emeterio Cabañes. Ambos gallegos. Ambos doctores expertos en Estudios Japoneses. El formato es rústico con sus solapas. Tiene 528 páginas pero las dos primeras y las dos últimas están en blanco. Así que 524 páginas. Eso pasa en todos libros. No os rayéis. Cuesta 30 euros y era difícil pedir menos. Una obra esencial y recomendada tanto para quienes le interese introducirse en la historia y sociedad de Japón, como para aquellos ya más conocedores que quieran profundizar y contar con el manual de cabecera más completo que puede encontrarse en castellano.
Es una obra esencial para todo interesado por Japón. Podéis consultar su ficha y comprarlo haciendo click aquí.

“¿Japonismo qué es?” Te habrán preguntado. Me habrán preguntado. “¿Qué te gusta Japón?” Sí, podría ser eso, aunque ni de lejos es algo tan simple ni tan nuevo. Pero… va, tomémoslo por un sí. Japonismo es que te gusta Japón. Te dediques o no a aprender/investigar sobre el país. Abracemos esa idea hasta estrangularla y saquemos conclusiones precipitadas.
Me refiero a qué supone ser japonista (cringe intensifies). Qué supone ser japonista más allá de leer cada día sacadas de chorra en Twitter sobre cuánto sabe x supuesto estudioso sobre los kanzashi de las geishas. Más allá de enhebrar hilos sobre el cine de Ozu o Mizoguchi que la peña termina leyendo a medio gas. Porque, repámpanos, es imposible contar con la suficiente capacidad de concentración para recorrer tales distancias en Twitter sin distraerte con cualquier otra movida. Qué es ser japonista más allá de las deliciosas proclamaciones de expertólogos en todología sobre el valor del refinamiento de la tsuba de la katana que portaba el primo segundo de Toyotomi Hideyoshi (kokoro kara, gracias por traernos tanto). ¿La chavalería neotrapwavera que desde sus applicados teléfonos móviles collagean recortes manganime y los combinan con las músicas de la España más cañí también son japonistas? DEP oldschool otakus. También lo serían aquellos sabios influencers que dicen que el mejor yakitori del mundo es uno que se ha comido hoy en Omoide-pontocho (o el de un local secreto que han visitado en Google Maps). O aquellos otros que practican el techno bailoteo en una oscura esquina de la Liquidroom en Ebisu. Quizás ser japonista es disfrutar de esos locos del junk, cuyas cacerías de retro entretenimiento en tierras inhóspitas son lo mejor y a su vez el culmen del voyeurismo implícito en el consumo de videoblogs (#metaconsumo) ¡Oh señor Frodo, esto es lo más lejos que he estado nunca de Akihabara! También están los fotógrafos que… hacen fotos o la fresh peñita que no se hace un tokyo club tour si no lleva la suficiente batería en el móvil como para documentarlo todo en sus Instagram Stories (#postureo). Ojo, que estas pequeñas piezas audiovisuales están mejor rodadas que cualquier intento actual de cinema verité formulesco preparado para consumir en Amazon Prime Video (#publicidad).
Para mí, ser japonista es saber que las punticas de las pagodas se llaman sōrin. Tener instalado ese conocimiento concreto, esa parcela específica de la arquitectura monumental religiosa y asíatica. Estar en posesión de ese conocimiento, sin la previa consulta bibliográfica o el ya clásico fast check roguelikesco hecho de tapadillo bajo la mesa. Para mí, eso es ser japonista. Eso es lo que yo entiendo por que te guste Japón. Así que tú elige lo que te gusta, elige tu definición y deja de dar la brasa a los demás.
De hecho, el ser japonista fue lo que me ayudo a decidirme a convertirme en japonólogo y ya no sé realmente si me gusta Japón o no me gusta (sí que me gusta)… o qué es una cosa y cuál es la otra. Lo que tengo claro es que me interesa. Quizás ser japonólogo es ser todas o alguna de las paridas que he soltado antes a la vez y que no son más que un retrato muy desafortunado y prejuicioso de otras personas a las que en realidad sigo, por que las envidio, admiro o me dan pereza y soy masoquista.
No sé.
Me identifico un poco con todos (en realidad no). Así que, si tú también lo haces, deberías estar leyendo Japón en su Historia… o al menos consultándolo de vez en cuando. Porque es la biblia que necesitábamos en las tiendas de nuestro país y la que asienta un trasfondo y un bagaje cultural que justifica el tatuaje de Naruto que te hiciste aquel verano y la camiseta de estampado ukiyo-e que te pillaste rebajada en Uniqlo. Es aquella biblia que unifica a estos distintos pueblos japonistas y japonólogos. Minamotos, Tairas y Fujiwaras que de haber podido disfrutar de esta publicación (ojo Nolan) se hubiesen dado menos hostias con las yaris y que incluso hubiesen esquivado más de un flechazo por la espalda en las Guerras Nanbokucho (ojo, team Go-Daigo. ¿Quién más?¿Quién choca? Vaya…).
No sé.
No sé, pero cuando me propuse convertirme en «conocedor» de la cultura japonesa, su historia era uno de los desafíos más importantes a los que me tuve que enfrentar. Sorpresa. El libro que usábamos en nuestra carrera era infumable. No lo era por su contenido. Era rico en datos, seguía un orden y estructura lógica, pero no era un libro fácil, ni didáctico, ni apacible (tamaño de la fuente 6, interlineado 0.1). Con Japón en su Historia esto no pasa.
Sea como sea, esta publicación te interesa y aquí te contamos un poco el porqué en una review alocada y posmoderna cuyos epígrafes no tienen ningún sentido entre sí. Como esta web. ¿Dónde quedaron las reviews viejunas…? Bueno, en realidad son unas impresiones. Es complicado hacer una reseña de un libro de historia.
Sabor
Hemos lamido el libro. El sabor está bastante bastante bien. Mil veces más sabroso que Wikipedia. Un millón de veces más exquisito que otras publicaciones con las que comparte la empresa de sintetizar la historia de un país tan complejo como Japón. Sabe a «mucho texto» y a mucha ilustración para un libro que, juzgando por su grosor, no esperarías poder comprar por solo 30 euros. Es todo aminoácido y ácido glutámico, osea muy umami.
Textura
Muy bien. El papel es agradable. No es satinado. Gracias. Satinado dame. Eso mal. Este papel bien. Te quieres quedar.
Gráficos
Como decíamos, mucha foto. Y esto no puede ser visto de otra forma que como una muy buena noticia. No sabéis cuánto se agradece. Debería haber sido inimaginable haber leído sobre el periodo Heian, por decir uno, donde esos niveles de sofisticación que Japón alcanzó en lo social, en lo literario, en lo artístico y en tó, se entienden peor sin imágenes que respaldan al texto. El arte y la historia del arte, están presentes durante toda la obra y no olvida en ningún momento su relevancia durante el desarrollo de sus capítulos, que cuentan con muchas cesiones de museos, galerías y archivos de todo el mundo.
Nivel de detalle
Más que aceptable. A menudo los autores salpican el texto con secciones apartadas que profundizan en temas concretos. Por razones obvias se trata de una publicación que ha de ser generalista con muchos asuntos, pero en la obra abundan pequeños apartados incrustrados en sus páginas que funcionan como pequeñas dósis informativas que vienen a ampliar la información y los temas sobre los que versan los capítulos. La bibliografía de la que bebe la obra es obviamente muy útil y está presentada de forma muy clara. Del mismo modo son muy útiles y están muy guapos todos esos listados con emperadores, gobernantes, periodos de la historia japonesa y el índice alfabético que se han currado sus autores y han incluido en el apéndice de este Japón en su Historia. De aplaudir.
Jugabilidad
Muy top. La introducción a las cuatro partes es rápida y ágil teniendo en cuenta todo lo que nos van a contar a continuación. Estas partes se presentan en textos cortos introductorios enmarcados en círculos. Los autores prometen sintetizar esa parte con tan solo lo que quepa ahí. Lo dicho, su lectura sirve para saber de qué va la cosa de una forma bastante bien elegida y efectiva. Las cuatro partes abarcan: Los albores de la civilización japonesa, La edad clásica, El gobierno de la clase militar y, por último, La edad contemporánea. Aún así quizás hubiésemos optado por una división menos temática y estructurada por periodos en lo que respecta a los distintos capítulos que integran esas partes. En nuestra humilde opinión lo hubiese hecho todavía más intuitivo. Pero vamos, que sin esto funciona a la perfección y la progresión hacía nuestros días según avanza la obra es clara. Y es que el índice no abruma e invita a entrar en la obra, por lo que no podemos considerarlo otra cosa que un acierto. Bocato di… imperatore.
Sistema operativo
Lo último de lo último. Como bien reza el subtítulo de la obra. El recorrido llega hasta Reiwa, periodo de la historia japonesa en el que nos encontramos desde el año pasado. La obra de Andrés y Gonzalo está tan actualizada que hasta se menciona la pandemia del covid-19 que estamos viviendo ahora. No es broma y tiene su mérito en un compendio de esta envergadura.
Conclusión, si bien apresurada, rotunda
Joder, ojalá haber podido contar con esto durante la carrera. No podemos recomendar Japón en su Historia de manera objetiva. Son 528 páginas como 528 haniwas enterradas junto a un emperador tochísimo.
Te gustará si: Te pareció bien el final del periodo Tokugawa y la apertura de Japón (tanto en lo social como en lo político es la práctica más sana, admítelo), si has conseguido el platino en Ghost of Tsushima o si perdiste la vista intentando leer su homólogo El imperio japonés (1973) de John Withney Hall. Te gustará con poco que te interese Japón y te gustará si ya lo sabes todo del país (flipao).
No te gustara si: Si no tienes 30 euros. Pero si finalmente los consigues, (recuerda que el uso del ninjutsu podría conllevar consecuencias legales y/o penales), tienes buena lectura para rato y una magnífica obra de consulta que adorarás tener a mano en tu biblioteca. Abierta y sinceramente, lo mejor que puedes pedirle a los reyesu magosu o a otros seres fantásticos que sean más de tu predilección. Tampoco te gustará si te gusta más YouTube que leer.
Gracias a Satori y a los autores. Sois unos máquinas, cracks, titanes, samuráis.

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