Hideyuki Katsumata es a día de hoy uno de los grandes maestros de la mezcla iconográfica en Japón. Su arte es una orgía visual, psicodélica y mitológica, donde monstruos, deidades y otras criaturas se dan la mano en el mismo lienzo. Sus composiciones son atrevidas, combinando lo explícitamente sexual con lo divino y lo tradicional. Podríamos atrevernos incluso a decir publicamente que Katsumata es un digno heredero posmoderno de todos esos maestros del shunga y del arte yokai cómo Hokusai o Suzuki Harunobu, llegando hasta el maestro del manga Shigeru Mizuki.
Sin embargo, este artista va mucho más allá, su propuesta es infinitamente más cósmica, universal y metafísica. Robots, demonios oníricos y alienígenas anatómicamente imposibles visitan sus dibujos y comparten escenas muy barrocas con elementos del folclore japonés. Su mayor aliado es la potencia del color y su principal arma la mixtura de influencias y el impactante resultado de sus obras.

Hideyuki vive en Tokyo donde pasa la mayor parte de su tiempo trabajando en su estudio. Es un artista de talla internacional, que ha realizado exposiciones individuales y colectivas de sus obras y participado en conferencias en ciudades de todo el mundo. Realizó USO de HONTOU, su mayor exhibición hasta la fecha, en 2015 en el centro de arte contemporáneo DCA en Dundee, Escocia. Es último año, en 2018 también ha formado parte del proyecto colectivo NAKAMA de ART en Tokyo.
Ha hecho marca de su carismático personaje HANAUTAH, a quien representa asiduamente y que incluso tiene sus propios stickers en la aplicación de mensajería LINE. !Incluso podemos encontrar una habitación de un hotel de Tokyo personalizada con motivos de este personaje!
No solo se dedica a la pintura, si no que es una persona volcada con la cultura y organiza eventos relacionados con otros campos como la música o la moda. Ha realizado portadas de álbumes de discos y videoclips para bandas como Little Dragon o CUZ (Duo formado por Sam Dook de la banda The Go! Team y Mike Watt de los The Stooges).

Entrevista:
¿Cómo sería Japón si sus creadores hubiesen sido Hideyuki Katsumata y Hanautah en lugar de Izanagi e Izanami?
H.K.: Es la primera pregunta y ya me he quedado flipado. Nunca me habían hecho una pregunta tan difícil y sorprendente como esta [risas].
Estas deidades creadoras de Japón no estaban realmente adscritos de manera indiscutible a una religión particular. Por eso aquel Japón previo al recibimiento de toda esta herencia del budismo era un lugar donde los dioses, los seres mitológicos, los monstruos y los humanos podían convivir respetándose mutuamente. El mundo que habita HANAUTAH también sería algo así. Un lugar animista y colorido, donde todo cobra vida. Algo así como una especie de aldea Villa Pingüino del manga Dr.Slump. Así que un mundo soñado por mi y HANAUTAH sería un concepto muy similar a eso.
Sin embargo, si me dieran ahora mismo la oportunidad y tuviera la capacidad de crear un mundo por mi mismo, lo que haría sería no darle cuerpo a las almas y permitiría que nuestras mentes pudieran viajar libremente por todas las dimensiones del multiverso.
Por cierto, ¿quién es Hanautah y cómo lo conociste? ¿Nos lo presentas?
H.K.: Hace unos quince años, cuando me encontraba en plenos preparativos para una exhibición, se me apareció en sueños este ser llamado HANAUTAH. En ese entonces se me presentó como una figura de cinco piernas y un par de cuernos. Daba miedo. Era un ser completamente monstruoso y aterrador y por algún motivo estaba muy furioso. De repente y para apaciguarle, se le acercaron cinco chamanes vestidos con ropajes negros y como parte de un ritual lo rodearon y le dedicaron unos rezos…
Me desperté y salté de la cama rápidamente. Fui corriendo a sentarme en mi escritorio e hice un boceto de lo que había visto en este sueño. Recuerdo que volví a la cama y en menos de un segundo ya estaba dormido otra vez.
Así fue como conocí a HANAUTAH.
El boceto que dibujé aquella noche terminaría por convertirse en la obra principal de la exhibición. En aquel entonces todavía no le había puesto nombre a este singular personaje. Simplemente la presenté como “Criatura con cuernos” (Tsuno no aru ikimono).
Por algún motivo que desconozco comencé a dibujarlo con cierta regularidad. Cuanto más lo dibujaba más me gustaba. Llevado por una misteriosa atracción, poco a poco fui perfeccionando su diseño y finalmente le nombré HANAUTAH. En japonés hanauta 鼻歌 significa tarareo o canturreo. Estaba buscando un nombre que diese sensación de buen rollo y a la vez algo que fuera un poco tonto e infantil. Creo que le pega bastante.
¿Cuándo comenzaste a tomarte en serio plasmar sobre el papel toda esta fantástica psicodelia mitológica y monstruosa?
H.K.: Cuando era pequeño me encantaba todo lo que tenía que ver con el espacio exterior, el origen del universo y los extraterrestres. También todo lo relacionado con el mundo de los espectros, fantasmas yurei y yokai, así como los ooparts y todos esos misterios de la historia y el ocultismo. Por otro lado, odiaba todo lo relacionado con la guerra.
Mi intención es intentar representar el origen de todos estos elementos anteriores. Desde mi humilde posición y los límites de mis capacidades, mezclo y unifico estos elementos haciendo surgir un resultado que sea llamativo. Sin embargo, no busco que este sea el concepto de creación en mi obra, realmente prefiero que todo surja a través del propio hecho de querer explorar y experimentar.
Muchas veces cuando vemos obras tuyas tenemos la sensación de que has reiniciado toda la mitología existente de la humanidad, y como si de un puzzle se tratase, hubieses seleccionado y unido componentes creando un nuevo orden. Estas criaturas, seres y dioses, ¿existen ya o nacen de forma espontánea sobre el papel? ¿Quieren enviarnos un mensaje o simplemente entretenernos y que disfrutemos de su impresionante aspecto?
H.K.: Está claro que una de las principales cosas que me motivan a producir arte es que me divierto creando estos seres extraordinarios. Por supuesto también hay una influencia obvia de las pinturas religiosas, sobre todo de las más típicamente budistas, pero, a fin de cuentas el resultado es que los personajes son originales y muy míos.
La estética del manga y de los súper héroes japoneses también me ha acompañado desde pequeño y siempre he tomado elementos de ambas cosas. Estos estilos combinan elementos de un lado y de otro, los mezclan y resultan en personajes que a veces son épicos y muy chulos y otras veces muy monos y adorables.
Con mis personajes, por más detestables o nobles que sean, siempre intento que tengan un fuerte poder de atracción y cierto encanto mágico. También busco que puedan identificarse con un tipo de persona determinado, que te hagan preguntarte a qué tipo de persona se asemejarían en la realidad.
De todas formas, cada uno de ellos forma parte imprescindible de la composición, por muy pequeño o minoritario que sea, sin importar su raza o su cultura. Lo que intento es que todo tipo de personaje pueda coexistir en mis obras.
Sé que es un poco jodido de entender [risas]. Para explicar debidamente una idea como esta me haría falta hacer varios episodios, como en la saga de Star Wars.

En tus composiciones los brazos se multiplican, los ojos brotan por todas partes y de los torsos surgen rostros y viceversa. El color es muy instintivo y protagonista y aporta mucho a ese ambiente psicodélico tan singular. Hablando de aspectos formales, ¿cuales son tus principales influencias artísticas? Sabemos que Picasso ha sido una de ellas.
H.K.: Es así como decís. Recuerdo que de pequeño algunas de las primeras cosas que me llamaron la atención y me impactaron de verdad fueron el ukiyo-e y el arte de Picasso. Es como si la base de toda mi expresión artística actual hubiese estado ahí desde la infancia.
También me encanta representar a mis personajes adoptando posturas y mudras tomados de la imaginería budista de la India. Me gusta mucho la elegancia, fuerza y elasticidad de todo este tipo de movimientos.
Acerca del tema de poner ojos por todas partes… Por lo general los ojos son entendidos como un camino de entrada de lo exterior al interior del cuerpo, pero en mi opinión también es una salida hacia afuera de algo que ya está dentro. Extraemos y recibimos información del objeto que miramos, pero también estamos emitiendo información con el simple hecho de mirar a ese objeto. Es por eso que me resultan tan interesantes.
Al extenderse y multiplicarse estos ojos a través de los brazos, aumenta el alcance, posicionando esa entrada y salida de información que acabo de comentar en un lugar más privilegiado. Esto se relaciona con lo que dije en la anterior respuesta de que cada personaje puede identificarse a una persona real a través de nuestra mirada a estas pinturas. Estos ojos se han convertido como en una especie de amuleto que siempre tengo que incluir en mis trabajos.
Como Picasso mencionó en una entrevista, él estaba altamente interesado en las figuras religiosas africanas. La razón de ser de estas figuras está en el hecho de su utilización como amuleto o pieza clave dentro de un ritual. Conocer e investigar estas figuras es algo que le fascinaba y creo que esta influencia se manifiesta de forma clara en sus obras. Humildemente creo que en este sentido me ocurre lo mismo que a Picasso.
El sexo es otro aspecto que tratas mucho en tus obras. A veces parece tratarse de una parodia y otras un mensaje más trascendental y filosófico. ¿Se trata de una parodia o una reflexión sobre el género y la condición sexual?
H.K.: Dentro del tradicional ukiyo-e podemos encontrar el género shunga o pintura erótica. Lo erótico no es solo un tema de nuestros días y que sea propiedad del manga actual. El erotismo y el sexo forman parte intrínseca del arte y la cultura japonesa tradicional. Son temas verdaderamente importantes y representativos de nuestra cultura. Este tipo de arte suele reunir elementos muy sutiles e ingeniosamente humorísticos que han retratado muy bien la identidad japonesa.
Por ello, fuera de Japón se le tiene gran consideración a su arte erótico tradicional y actual, pero dentro del país existe un gran tabú y a menudo es un tema a evitar.
¿Por qué tiene que ser así? Esa es la gran pregunta que me hago.
El sexo es un gran tabú en Japón. Esto a veces se convierte en un problema y todo un desafío para los artistas interesados en representar este tipo de cosas. Es una pena pero, por el simple hecho de dibujar genitales o escenas de sexo, te encasillan dentro en un estilo absurdo o más desprestigiado. Los artistas interesados en estas manifestaciones deben desafiar este tabú que impregna a la sociedad japonesa.No se trata de reivindicar la relevancia de estos temas a lo largo de la historia de la humanidad, sino de poder expresar libremente mi interés por lo erótico y sexual.
Tu obra es un verdadero recorrido de referencias a la cultura japonesa. Nos topamos con samurais, geishas y luchadores de sumo, así con componentes propios de la caligrafía tradicional y versiones de ukiyo-e o shunga. Más allá de lo tradicional, a veces hemos visto que aprovechas para lanzar algún mensaje más social haciendo uso de la sátira política. ¿Tienes interés en continuar explorando/ahondando en aspectos y temáticas de ese tipo?
H.K.: Si hubiese la posibilidad de viajar hacia atrás en el tiempo, siempre he tenido curiosidad por experimentar y conocer cómo era la vida en el Japón del periodo Edo (1603-1868). Me hubiese encantado vivir en primera persona toda esa moda del ukiyo-e y conocer de cerca las que considero las raíces de mi forma de imaginar y crear. Durante el periodo Edo ya encontrábamos cierto relajo de lo dogmáticamente moral en el ukiyo-e, ya existía algo muy parecido al manga y se disfrutaba mucho de la sátira y el humor.
Personalmente no estoy muy satisfecho con las decisiones y forma de actuar del gobierno japonés actual, ni tampoco con las de la política global en el resto del mundo. Mires donde mires siempre hay un trato injusto a la Tierra y creo que siempre se debería actuar de forma que las políticas causen el menor impacto posible sobre esta.
Me gustaría continuar maldiciendo estos tiempos políticos a través del humor y la sátira en mis caricaturas… más que haciendo críticas políticas en el sentido más serio y estricto.

Entre muchos otros, ¡hiciste la portada de un álbum para Little Dragon! ¿Cómo surgió esta oportunidad? ¿Alguna música que te inspire o te ayude con tus creaciones?
H.K.: Poder hacer la portada del álbum Machine Dreams ha sido una de las experiencias más importantes de mi carrera. Conocí a Little Dragon a través de MySpace y en su visita a Japón quedamos para comer. Así es como surgió esta oportunidad.
En cuanto a música que me inspire para pintar no siento predilección por ningún género o artista. Me pongo un estilo y otro según mi estado de ánimo. Lo que sí hago muy a menudo es escuchar monólogos de rakugo.
Te hemos visto realizando obras en gran formato. Teniendo en cuenta la complejidad de tus piezas, ¿cuál fue la más difícil de plasmar en un muro? Esto…¿Para cuando una en Madrid?
He pintado algunas obras en interiores de buen tamaño, pero la verdad es que no tengo la experiencia de haber dibujado algo tan grande como la fachada de un edificio. He visto que eso se lleva mucho en Europa, pero por ahora no puedo hacerme una idea de la dificultad que realmente conlleva.
Sin duda me gustaría ir a España para realizar algún trabajo algún día. Además, me gusta mucho la marca de sprays Montana Colors que es española.
¿Por qué tus diseños de ropa molan tanto? ¿Algún sitio donde podamos conseguirlos ¿Qué es lo último que has hecho dentro del mundo de la moda?
H.K.: ¡Jajajaja! Muchisimas gracias. Desde hace bastante tiempo he venido haciendo también diseños para moda. Siendo adolescente me encantaba la estética que aparecía en el documental Punk: Attitude (Don Letts, 2005) pero sobre todo el mensaje que transmitían todas esas pintas.
Podéis encontrar estos diseños en SNS, si les escribís un mensaje, creo que tendrán stock y hacen envíos a todo el mundo. Seguro que si hacéis una búsqueda por mi nombre en google también podréis encontrar alguna cosa. ¡También podéis echarle un vistazo a mi tienda en Instagram!
Has viajado mucho por todo Asia. ¿Cómo te han inspirado a ti y tus pinturas estos viajes?
H.K.: Aunque diría que Europa también me ha influenciado mucho, es verdad que me gusta mucho poner juntas las diferentes culturas tradicionales de los distintos países de Asia. Por un lado me inspira y me influyen, pero también enorgullece pertenecer a este continente.
Por otro lado, en las grandes avenidas de las ciudades de todo el mundo, vayas a donde vayas, Asia o Europa, puedes encontrar las mismas tiendas de moda y cadenas de restaurantes. Me hastía que todo sea tan similar y aburrido.
En Tokyo ocurre lo mismo pero tengo que buscar la inspiración en las calles secundarias y callejones, así como en algunas zonas menos visibles del centro. Es allí se conservan las antiguas formas y las relaciones entre las personas son más íntimas y cercanas. Disfruto más de las peculiaridades de estas zonas y de su colorido. Considero que el uso de los colores en mi obra se inspira mucho en estas partes de las ciudades del mundo.


¿Estás trabajando en algo nuevo recientemente?
H.K.: Ahora estoy preparando unos pósteres para la campaña de navidad de la tienda irlandesa Hen Steeth Store. Por otro lado, he organizado para el 8 de diciembre en Koenji, Tokyo una exhibición de música, danza y pintura. También el año que viene, a primeros de febrero, está prevista una exhibición grupal en Bangkok en la que participaré. En realidad estoy a un montón de cosas a la vez. ¡Echad un vistazo a mi Instagram y Facebook por si queréis saber más detalles! ¡¡Muchas gracias!!
Web personal de Hideyuki Katsumata
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Entrevista realizada por Elena Manrique y José Fernández.