El diseñador e ilustrador Kazu! nace en Valencia en 1997, donde reside y está terminando los estudios de Diseño y Tecnología por la Universidad Politécnica de Valencia. Desde pequeño ha sido un enamorado de Asia y todas sus culturas. Como para muchos, su primer contacto con el continente asiático fue a través del mundo japonés y las series de anime que de pequeño veía en la tele. Una cosa llevó a la otra y rápidamente se interesó por el manga. Empezó por Saint Seiya y así puso rumbo hacia distintos géneros y estilos; desde las macarradas de Air Gear hasta el costumbrismo de Yotsuba. Por aquel entonces, nuestro amigo Kazu! pensaba que no era humanamente posible dibujar tan bien y se quedaba horas alucinando con las viñetas. Sin embargo, hoy en día poco tiene que envidiar a muchos artistas concept y mangakas de renombre. El particular estilo de sus paisajes cyberpunk, los robots mecha, así como sus personajes adorables y cañeros salidos de una distopía futurista, han hecho que se gane los sobrenombres de “La Rosalia de los Otakus” o “El Hijo Bastardo de Tsutomu Nihei”. Bueno, esto de los sobrenombres no es verdad. Ah, también le gustan mucho las motos. Y los gatos. Ambas cosas. Mucho : ).
Comenzamos…!

¿Cómo empezó todo?
De pequeño me gustaba mucho diseñar casas y objetos mecánicos. Realmente fue el manga de Air Gear de Ito Ogure el que me marcó y muchísimo. Una de mis aficiones era ir a la biblioteca a medio día con un amigo a dibujar cómo sería nuestra casa cuando fuéramos mayores. Pero no me tomé en serio lo de dibujar hasta más adelante, cuando empecé a introducir mis aficiones dentro de mis dibujos: el diseño de robots y vehículos, las culturas orientales o la arquitectura japonesa. Ahí me di cuenta de que necesitaba aprender muchas otras ramas del cómic como lo son la anatomía, el color, la narración… Después entré en la universidad y me empecé a relacionar con otros artistas de los que he aprendido un montón de cosas.

Para ser tan joven has realizado un buen montón de proyectos…
A día de hoy he participado en la preproducción del manga americano Jinnbots, he colaborado en algunos fanzines y me he autoeditado otros muchos. También trabajé para la parte gráfica de un videojuego titulado Murakami. Por otro lado, me encuentro ahora mismo encargado del arte conceptual para el juego de mesa de ORA Critika, y estoy supervisando la futura revista de cómic y cultura cyberpunk GRAFENO, en colaboración con otros artistas españoles. Procuro apuntarme a todos los eventos y ferias que tengan algo relacionado con mi trabajo e intento mantenerme lo más activo y subirme a todos los carros posibles. Creo que conocer a gente con gustos similares a los mios es de las mejores experiencias de la vida y que más me ayudan a desarrollar mi estilo y técnica.


Ok, cyberpunk pero, vemos mucho más. ¿Cómo definirías tú tu propio estilo?
En cuanto a mi estilo, al final es una mezcla muy rara de miles de cosas. Desde pequeño me di cuenta de que me gustaba todo lo que tenía que ver con el manga, Japón o los robots. Aunque mi estilo pueda parecer que tire al shonen por la estética y diseños cyberpunk, creo que no hay nada más alejado que eso. Cuando cuento historias, prefiero mil veces narrar una buena comida en compañía que una pelea en el desierto, o el día a día de dos amigos a un ninja haciendo conjuros. Creo que esto se debe a que nunca me he interesado mucho por los mangas o animes populares. Disfruto tanto ilustrando casas y templos japoneses, como lo hago dibujando mascotas kawaiis o diseñando motos y vehículos. Si tengo que hablar de influencias, en cuanto a estilo cyberpunk y futurista tengo clarísimo que hablaría de todo el increíble universo de Josan González (DeathBurger), de cualquier viñeta de Tsutomu Nihei (Blame!) o del vastísimo arte conceptual de cualquier entrega de Ghost in the Shell, en especial al manga original de Masamune Shirow. Pero en cuanto a narración y estilo gráfico tengo otros referentes: mi trazo bebe mucho de la soltura de Taiyo Matsutomo; el uso de las perspectivas exageradas de Ito Ogure; y las perspectivas y la arquitectura detrás de cada viñeta de Katsuhiro Otomo. En cuanto a narración podría hablar de muchísimos otros pero, básicamente cualquier cosa que disfruto viendo/leyendo intento guardármela y adaptarla a mis dibujos y mis guiones. Pienso que la mitad del proceso creativo consiste en investigar, nutrirse de otros autores y pulir mucho las ideas y los recursos. Luego lo que queda es simplemente dibujar y para eso lo que se necesita no es otra cosa que practicar.




¡Gracias, Kazu! No dudéis en seguirlo a través de su web, Twitter e Instagram.
Entrevista realizada por Elena Manrique y José Fernández.